Casa Corazón; Creatividad por la Justicia Social
El ejercicio de reflexión desde el arte es sin duda un ejemplo lo bastante importante cuando de visibilizar situaciones de la complejidad social actual. Pareciera que atrás han quedado las visiones innovadoras de la investigación documental clásica, ante el avasallante mundo del mensaje simplificado de las redes sociales, ya sea para compartir una noticia o una denuncia como si se tratara de acortar la condición del tiempo de consumo y su expiración. Navegando en la red podemos encontrarnos con una propuesta lo suficientemente interesante como para ser destacada por su valor innovador, me refiero al cortometraje titulado: Todos los Caminos van a mi Casa, segundo documental del proyecto Casa Corazón. Es una creación lo suficientemente interesante en su estructura narrativa al momento de mostrar un problema latente, constante y terrible como lo es el fraude inmobiliario en la Ciudad de México. Parte de la historia ya presentada con anterioridad, en el primer cortometraje de esta serie en proceso: la de la artista visual Iris México quien con su madre, Martha Aggeler, llevan ya casi una década en litigio con la intención de salvar su patrimonio, su vivienda. Ellas denuncian que debido a la indefensión en que las dejaron los abogados Munir Tanous y Mauricio Tanous, de Tanous Asociados, esta fue adquirida en un remate por el priista José Luis Ramos y Fusther de Flota, por lo que han recurrido a solicitar el auxilio de la justicia a través de amparos. Abogan por una sociedad más justa, que realmente elimine la violencia contra las mujeres, en este caso en particular, la violencia económica, patrimonial, por lo que defienden el derecho a la vivienda, a la ciudad, a la justicia.

Clamor por la Justicia en un contexto de impunidad y corrupción
El cortometraje posee una narración limpia y didáctica que pareciera ser cuasi infantil realizada por un tigre llamado Leo, -creado con inteligencia artificial-, quien en papel de Totem, animal de poder, también es el narrador y guía de la historia. Él nos conduce desde un lugar común hasta la mirada más íntima de lo que representa una problemática en una familia que sufre día a día la zozobra, la indefensión y el desdén por parte de las autoridades en distintos niveles de gobierno, a las cuales pareciera no importarles la situación. Desde una visión panóptica, en la que una historia humana es observada por un guardián que ellos no ven; una suerte de invisible omnisciencia del poder, Leo nos invita a abrir nuestros sentimientos para percibir el corazón de este relato. Elizabeth Vázquez interpreta varios roles simbólicos, en un salto inesperado que se emparenta con el performance, representa lo que bien pudiera ser el espíritu del hogar, la Casa Corazón, quien se presenta, aparece y desaparece a través de reportajes de televisión, llamadas a acción, y la encarnación de la justicia quien empuña una espada dragón. Rock Rose también nos invita a la acción, y presenta datos duros del día a día de la impunidad y la burocracia: «Burocracia, el arte de convertir lo fácil en difícil por medio de lo inútil.» En suma; este cortometraje dirigido por Ra’al Ki Victorieux, no sólo nos relata la trascendencia política en lo que lo personal es social, también nos lleva hasta otros confines donde quizá, alguien más sufre, una persona denuncia, grita, y quizá el espíritu de sus objetos acompañantes cobran vida y se unen a ese clamor por la justicia, dejando atrás su estado inánime, para dar esperanza.
Introspección por el Derecho Humano a la Vivienda y la Ciudad
Los monólogos desde la perspectiva de Leo, las intermitencias de la Casa Corazón, la música activista, la cobertura de prensa en medios de Puebla, Ciudad de México y Chiapas, la mención de la semejanza de esta obra con el «Apagón» de Bad Bunny, se hilan de manera cadenciosa a manera de mensaje subliminal creando una atmósfera performática, sincrética, a veces in extremis angustiosa, ¿pero acaso no son así los problemas? Por todo esto, el cortometraje «Todos los Caminos van a mi Casa«, alcanza no solo el objetivo deseado, sino que va más allá de mostrar la situación, hacerla sentida, vívida y palpable, para dejarnos finalmente con una inquietud de, ¿qué pasara después? Sin duda es una propuesta que debemos tomar en cuenta, ver y comprender, o por lo menos tratar de hacerlo. Recordar cuantas propuestas audiovisuales de denuncia no se han convertido en ecos, gritos que se ha llevado el viento o bacanales de rabia que a lo largo del tiempo resulta cancina… Todos los Caminos van a mi Casa no es así, si me preguntan solo ÉS, y por sí misma esta obra se sostiene desde su dignidad y su lucha, lo que refleja y transmite acertadamente de manera no experimental sino lograda adrede por su autora y directora convirtiéndose en una introspección señorial, de un conflicto por la justicia inmobiliaria, por el derecho humano a la vivienda y la ciudad, que día a día experimentan miles de personas en el mundo.
¡Agur!
*Deseamos contribuir a generar conciencia de la situación injusta de miles de despojos en México, queremos invitar a las autoridades a dar una mejor y más eficiente respuesta. Necesitamos una nueva y mejor Ley de Protección del Patrimonio que proteja las familias mexicanas. También es importante que desde la educación básica se impartan nociones de defensa legal. Así mismo; es indispensable que la lucha contra la corrupción sean hechos, y no sólo palabras. Deseamos promover el derecho a la vivienda y a la ciudad. Encuentras más información en este link https://atmaunum.com/justicia/ Gracias. Ra’al Ki