Ra’al Ki Victorieux
Recuerdo que hace más de diez años, escuchaba de la crisis inmobiliaria en España. En ese entonces, suponía estar lejos de experimentar en carne propia algo así. Lamentablemente, desde el 2013 mi madre, Martha Aggeler, y yo empezamos a experimentar los problemas de la corrupción legal, por abogados como Munir y Mauricio Tanous, que te dejan en indefensión, juicios amañandos, y laberintos del poder judicial. La demanda en nuestra contra por HSBC, y después por su representante, el político José Luis Ramos y Fusther de Flota, nos ha perjudicado económicamente ya que podríamos -ojalá que no- perder la propiedad, además de que hemos gastado tiempo y dinero de forma significativa en búsqueda de una defensa. Pero el proceso también nos ha dañado en la salud física y emocional. En el caso de mi madre, ella desarrolló diabetes, y en mi caso he sufrido de altos niveles de incertidumbre, estrés, lo que ha detonado un notable aumento de peso.

Vivir un proceso de injusticia, que además dura más de 2,340 días y sus noches, intoxica tu sistema, estanca la vida, es como una cárcel mental y de angustia en la que uno constantemente está buscando la salida, la deseada liberación. Al defender nuestro hogar, el que tenemos en la alcaldía Miguel Hidalgo en la Ciudad de México, debido a mi background como escritora y artista visual, decidí lidiar con la situación de forma creativa y colectiva. Gracias al apoyo de una comunidad de amigos y profesionales de la cultura, presentamos hoy 20 de abril del 2022, la premier del cortometraje documental por el derecho a la vivienda, que hemos titulado Casa Corazón. Además, agradezco mucho a nuestros padrinos de premier Feranda Tapia y Fernando, el charro, por permitirnos hablar de esta experiencia en su programa en Capital 21 Tv. Les compartimos el cortometraje, en el cual presentamos los testimonios de mi madre y mio, además de conversatorios con activistas por el derecho humano al hogar: el diputado Rigel Sergent de Venezuela, y la Sra. Marga Rivas de PAH, en España. Les agradecemos sus comentarios y compartir, si desean conocer más del proyecto, visiten https://www.atmaunum.com/justicia
El cortometraje es producido por Atma Unum, dirigido por Ra’al Ki Victorieux, con la realización de Ra’al Ki, Martha Aggeler, Javier Huerta y Erik Reyes. Cuenta con la participación de Ra’al Ki, Martha Aggeler, Brenda Galicia, Rigel Sergent, Marga Rivas, Carmen Miles, Javier Huerta, Antolín Pulido, Elizabeth Vázquez, Liam Flores, y Bella. Se incluyen obras de arte de Ra’al Ki, Segio García, Eric Marvaz, Dr. Filo, e Ignacio Lezama (Penacho). La música es del guitarrista clásico Héctor Murrieta, y la banda de ska Mitote Cósmico.
Lamentablemente el tema es dramático, lo nefasto de una situación cada vez más cotidiana: los desalojos. También ponemos en escena el valor para que a pesar de la amenaza, logremos encontrar resiliencia, alternativas y contar la historia. Espero que el mensaje de esperanza, solidaridad, llegue a quienes estén experimentando algo semejante. Es importante sumar voces y escucharnos, por una mejor justicia social, por que los derechos humanos sean más que lengua muerta, y se conviertan en objetivos reales, alcanzados gracias a políticas claras para beneficio de todos.
Podríamos pensar que el poema de Sergio García, en que sintetiza la experiencia es la columna vertebral, la metáfora de estas luchas y de historias semejantes, que son un lamentable síntoma de lo peor del capitalismo y la gentrificación. En pantalla también observamos algunos edificios de justicia y gobernanza del mundo, así como el Palacio Legislativo de San Lazaro en México. Seleccionamos también algunas frases que usó en campaña el popular político estadounidense Bernie Sanders, en las que boga por la justicia económica y social. La edición hila estas diversas fuentes de información, a manera de un collage audiovisual, con el que levantantamos la voz contra las injusticias, remontamos la autocensura o el miedo, y dejamos un testimonio para favorecer el desarrollo de la conciencia.
Desde la PAH en España no admiten que están completamente vendidos y que no es su función realmente defender los derechos al acceso a una vivienda digna.
Para empezar, cobran subvenciones de las administraciones públicas y, por lo tanto, «no vas a morder la mano que te da de comer». Por otro lado, muchos «supuestos defensores» utilizan dicho movimiento como publicidad para hacerse un hueco político y adquirir cargos (como hizo la misma Ada Colau, olvidándose después de las personas que tanto decía defender).
La idea original la tuvieron unos chicos de Madrid creando la página http://www.viviendadigna.org y llenaban las calles de gente con simplemente notificar un día en dicha página.
Lamentablemente en este país las organizaciones están creadas para ser utilizadas, crearte un puesto de trabajo por el cual cobrar… pero todo bien lejos de atacar los problemas que comentan.