Atma Unum

Agnóstico

Agnóstico. Atma Unum

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El término «agnosticismo» surgió en Gran Bretaña a mediados del siglo XIX. En aquella época, el ateísmo era común entre las clases bajas, donde la política democrática radical también encontraba el mayor apoyo. Estos ateos a menudo apoyaban otros temas tabú, como la educación sobre el control de la natalidad. A medida que más y más personas de clase media y alta comenzaron a abandonar el cristianismo, pero no el snobismo, necesitaban un término que los distinguiera de quienes consideraban sus irrespetables primos ateos: el agnosticismo.

El ateo no dice “No hay Dios”, sino que dice: “No sé qué quieres decir con Dios; Estoy sin idea de Dios; La palabra «Dios» es para mí un sonido que no transmite ninguna afirmación clara o distinta. No niego a Dios, porque no puedo negar aquello de lo que no tengo concepción, y cuya concepción, por quien la afirma, es tan imperfecta que él no puede definirla”.

Bradlaugh, Charles. 1864. Un alegato a favor del ateísmo.
Agnóstico. Atma Unum
Agnóstico. Atma Unum

La palabra agnóstico fue creada por el biólogo Thomas Henry Huxley (1825-1895) usando los siguientes componentes de origen griego:

• El prefijo α- (a- = sin), como en afasia, apatía y apepsia. Se relaciona con la raíz indoeuropea *ne-. Podemos ver su nasal originaria cuando se sitúa ante vocal, como en: anarquía, aneroide y anomia.

• La palabra γνῶσις (gnosis = conocimiento), como en agnosis, autognosis y prognosis. Está compuesta con:

◦ La raíz del verbo γνῶναι (gnomai) variante aorista de γιγνώσκειν (gignoskein = conocer). Se relaciona con la raíz indoeuropea *gno– (conocer), presente en las palabras conocer, nota, noticia, notario, a través del latín gnoscere.

◦ El sufijo -σις (-sis) que indica acción como en aciesis, crisis, dosis y parálisis.

• El sufijo -τικός (tikos = relativo a) que encontramos en palabras como: exótico, pragmático y simpático.

Gnósticos y agnósticos

A diferencia de los gnósticos, los agnósticos consideran cuestionable la existencia y evidencias de un Dios como entidad suprema. No suponen hablar de ninguna verdad como absoluta por no poder ser demostrada. Suponen ciertos conocimientos por considerar que el humano no va más allá de su propia existencia. Alegan que para saber si una verdad es absoluta se debería conocer la eternidad de posibilidades y no sería posible ya que el cerebro humano posee límites.

Es una tendencia que suelen tener los gnósticos luego de comprender que tomar ciertos conocimientos como hechos o verdades sería idóneo. Pero sí lo toman en cuenta como simples pautas de suposición para comprender otras circunstancias y poder llevar a cabo diferentes comunicaciones, para el progreso y aprendizaje.

La diferencia entre un ateo y un agnóstico, es que el ateo no cree en la existencia de Dios (a-teo, sin dios), mientras que el agnóstico (a-gnosis, sin conocimiento) piensa que los humanos no tenemos los conocimientos para entender o demostrar su existencia.

Algunos se preguntarán cual es la diferencia entre un agnóstico y un escéptico. Los agnósticos son un subconjunto de los escépticos. Un agnóstico duda que los humanos tengamos la capacidad de entender lo divino, mientras que un escéptico duda que tengamos la capacidad de entender cualquier verdad.

Un agnóstico no duda exactamente de la capacidad del cerebro humano para entender a Dios, sino que la mayoría de los agnósticos de lo que duda o ha dudado exactamente es de la capacidad de la idea de Dios para ser entendida o demostrada por un cerebro humano, que es distinto. Si la religión postula que Dios es eterno, incognoscible e inaprensible, y que por tanto su existencia sólo se asume por la fe, si sus actos o manifestaciones exceden a la razón o a la lógica del mundo., etc., la idea de Dios es obviamente incomprensible e indemostrable para la razón, y sólo es un acto voluntario de creencia.

Sencillamente el agnóstico sólo postula que su única arma es la razón y se niega a afirmar o negar algo que de entrada no es «razonable» o no se adapta a las vías de la razón. Y en principio, el agnóstico deja de lado toda idea religiosa mientras no pueda demostrarse. Lo que niega, insisto, es la capacidad de la idea de Dios para ser conocida por la razón.

El agnóstico en la práctica lo que manifiesta es que no le interesa una idea que no puede ser demostrada por la razón, única arma de comprensión, y en la que por lo tanto renuncia del todo a pronunciarse, no es de su interés.

Es bastante diferente del ascetismo y no se puede decir sin más que los agnósticos sean un grupo de escépticos. Hay miles de agnósticos que no son nada escépticos. Escéptico es brevemente desde el punto de vista técnico, científico y filosófico, quien se niega a hacer afirmaciones rotundas o quien duda metódicamente de las afirmaciones lógicas que en muchos contextos se dan por sentadas, y todo lo somete a la duda como forma de investigación previa.

En tiempos medievales la palabra escéptico fue sinónimo de «científico«, el que practica como método la investigación de todo sin dar nada por sentado.

Vulgarmente en cambio en lo cotidiano el escéptico se entiende como la persona que no cree firmemente en nada (ideas, valores sociales, políticos, etc.), pero es una postura intelectual distinta.

En cuanto al ateo, no es quien no cree en la existencia de Dios, pues el agnóstico tampoco cree en la práctica en la existencia de Dios en la medida o en tanto en que eso no se puede procesar por la razón y no haya medio de demostración. El ateo es exactamente quien cree de manera taxativa en la no existencia de Dios, que es distinto, y está convencido de que la idea de Dios es refutable por la razón y está refutada por ella. El ateo cree que mediante la razón se refuta la idea de Dios.

Agnosticismo temporal

La desvitalización y el engaño son la historia frecuente del místico puramente emocional. Cuando este ciclo astral termina y más tarde (y probablemente en otra vida) pasa a un estado mental francamente agnóstico, se restablece el equilibrio y se hace posible un desarrollo más saludable. Los verdaderos y valiosos frutos de la experiencia mística del pasado nunca se pierden. La realización espiritual interna permanece latente en el contenido de la vida, para luego ser resucitada a su verdadera expresión, pero la vaguedad y el sentido de dualidad deben eventualmente transformarse en una claridad mental realizada; el dualismo debe dar lugar a la experiencia de la unificación y la niebla debe disiparse. Los místicos ven a través de un cristal oscuro, pero algún día deben Saber, incluso como se le conoce.

Bailey, Alicia. (1995) Psicología Esotérica II. Editorial Lucis. Nueva York

En los tiempos modernos, la persona de orientación mística cae bajo el cuidado de un psicólogo sabio, y gradualmente desarrolla en ella un ciclo de duda, que conduce incluso a un agnosticismo temporal. El resultado sería un rápido establecimiento del equilibrio deseado. Sin embargo, los maestros espirituales y sanadores podrían, también gentilmente, alentar no sólo el cumplimiento de sus obligaciones y responsabilidades en la vida física, sino también brindarles la orientación necesaria para establecer contacto con el alma superior y la espiritualidad.

Referencias:

Bailey, Alice. (1995) Esoteric Psychology II. Lucis Publishing. New York

Alexander, Nathan G. (2019) Un ateo con sombrero alto: la historia olvidada del agnosticismo.

Huxley, Thomas H. (2013). El lugar del hombre en la naturaleza. Courier Dover.

Bendiciones de Amor, Gracia y Trascendencia

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Ra’al Ki Victorieux

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