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Conoce y sana tu hígado

Conoce y sana tu hígado. Ra'al Ki Victorieux. Atma Unum

@raalkivictorieux, Master Ra’al Ki Victorieux

Descubre la importancia del hígado en el organismo y opciones holísticas para su cuidado. Conoce más sobre herbolaria, sanación energética y prevención. #SaludIntegral #Bienestar #CuerpoYAlma

El hígado, un órgano vital presente tanto en humanos como en animales vertebrados, despliega una amplia gama de funciones indispensables para el organismo. Desde la síntesis de proteínas plasmáticas hasta la desintoxicación de la sangre, el hígado desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud. Este texto ofrece una mirada detallada a la anatomía, fisiología, enfermedades asociadas y opciones de sanación herbolaria y energética específicas para el hígado, brindando una visión integral de este órgano esencial.

El hígado es un órgano que está presente tanto en el ser humano como en el resto de animales vertebrados. El hígado humano tiene un peso medio de 1500 g, está situado en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma, segrega la bilis, esencial para la digestión de las grasas, también cuenta con otras muchas funciones,​ entre ellas la síntesis de proteínas plasmáticas, almacenamiento de vitaminas y glucógeno y función desintoxicante. Sus células principales son los hepatocitos y uno de sus rasgos más característicos es que tiene la capacidad para regenerarse.

El hígado es responsable de eliminar de la sangre diferentes sustancias que puedan resultar nocivas para el organismo, entre ellas el alcohol, convirtiéndolas en inocuas. La ausencia de hígado o su falta de funcionamiento es incompatible con la vida.​ Un ser humano puede sobrevivir sin un riñón, sin un pulmón, sin el bazo, el apéndice, el estómago, la vesícula biliar, los ovarios, el útero, los testículos, la tiroides, las amígdalas, las muelas del juicio, la vejiga urinaria, y el vello corporal -que también es considerado un órgano-, e incluso partes determinadas del cerebro. En cambio, es imposible que una persona sobreviva sin el hígado, el corazón o el páncreas.

Etimología

El vocablo «hígado» no deriva de su homónimo en latín jecur, ni del griego hepatos. Proviene de la expresión latina ficatum jecur que significa literalmente «hígado cebado con higos». En la antigüedad los habitantes de Roma tenían la costumbre de alimentar a ciertas aves con higos con la finalidad de obtener una delicia gastronómica, pues el hígado de estos animales adquiría de esta forma un sabor delicioso. Con el tiempo ficatum jecur pasó a significar simplemente hígado y la expresión fue abreviándose, transformándose primero en ficatum, después en fégado y finalmente en hígado. Por lo tanto hígado e higo tienen la misma etimología en español.

Conoce y sana tu hígado. Ra'al Ki Victorieux. Atma Unum
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Anatomía hepática

Aspectos generales

El hígado tiene una forma triangular, color rojo pardo, superficie lisa y consistencia blanda y depresible. En el adulto humano mide por término medio 26 cm de ancho, 15 cm de alto y 8 cm de espesor a nivel del lóbulo derecho, su peso aproximado es 1,5 kg.

Ubicación

El hígado se localiza en la región, superior derecha del abdomen, por debajo del diafragma, ocupa el hipocondrio derecho y una parte del epigastrio. En condiciones normales no sobrepasa el límite del reborde costal. Llena el espacio de la cúpula diafragmática, donde puede alcanzar hasta la quinta costilla, y está próximo al corazón del cual se encuentra separado por el diafragma. Está recubierto por una cápsula fibrosa, la cápsula de Glisson, sobre la cual se aplica el peritoneo.

Caras

El hígado se encuentra rodeado por el peritoneo visceral y presenta dos caras:

  • Cara anterosuperior. Tiene forma convexa y está en contacto con el diafragma que lo separa de las bases pulmonares y la cara frénica del corazón.
  • Cara posterorinferior. También llamada cara visceral pues en ella el hígado se relaciona con estructuras situadas en el lado derecho del abdomen, muchas de las cuales dejan una impresión en la cara inferior del lóbulo derecho del hígado. Así, tenemos de atrás a delante la impresión cólica determinada por el ángulo hepático del colon, la impresión duodenal marcada por el duodeno, pegada a la fosa cística donde se aloja la vesícula biliar, la impresión renal menos marcada formada por el polo superior del riñón derecho y más adelante un profundísimo surco marcado por la vena cava inferior. En la cara inferior del lóbulo izquierdo están la impresión gástrica y la escotadura del esófago, en el borde posterior.

En la base del hígado se encuentra la vesícula biliar y el hilio hepático, que es la zona de entrada de la vena porta, la arteria hepática y la salida del conducto hepático. La estructura del hígado va a seguir las divisiones de la vena porta hepática. Tras la división de ramos segmentarios, las ramas de la vena porta, acompañadas de las de la arteria hepática y de las divisiones de los conductos hepáticos, se encuentran juntas en el espacio porta.

Lóbulos hepáticos

El hígado se divide por el ligamento falciforme en dos lóbulos principales, derecho e izquierdo. ​Existen otros dos lóbulos más pequeños el lóbulo cuadrado y el lóbulo caudado que para muchos anatomistas pertenecen al lóbulo izquierdo, aunque otros textos consideran que el hígado tiene cuatro lóbulos.

  • Lóbulo derecho, situado a la derecha del ligamento falciforme;
  • Lóbulo cuadrado, visible solamente en la cara inferior del hígado; se encuentra limitado por el surco umbilical a la izquierda, el lecho vesicular a la derecha y el hilio del hígado por detrás;
  • Lóbulo de Spiegel (lóbulo caudado), situado entre el borde posterior del hilio hepático por delante, la vena cava por detrás.
  • Lóbulo izquierdo, extendido sobre el estómago y situado a la izquierda del ligamento falciforme:

Existen variantes anatómicas frecuentes como el Lóbulo Hepático de Riedel​ donde hay una prolongación infracostal derecha que se puede confundir con hepatomegalia (aumento del tamaño hepático).

Segmentos hepáticos

La clasificación de Couinaud divide el hígado en ocho segmentos que son funcionalmente independientes, cada uno de estos segmentos dispone de una rama de la vena porta hepática, una rama de la arteria hepática, una rama venosa de salida que tributa a las venas hepáticas y un conducto biliar por el que la bilis llega al conducto hepático. Los segmentos 5, 6, 7 y 8 corresponden al lóbulo derecho, 2, 3 y 4 al lóbulo izquierdo y 1 al lóbulo caudado.

Ligamentos

El hígado está cubierto por el peritoneo visceral, tiene varias conexiones con el peritoneo parietal que se llaman ligamentos del hígado, los cuales no son en realidad auténticos ligamentos, sino tractos fibrosos que le dan soporte y lo sustentan sobre las estructuras adyacentes. Estos ligamentos hepáticos son los siguientes:

  • Ligamento redondo del hígado. Procede de la obliteración de la vena umbilical, une el hígado a la zona umbilical de la pared abdominal anterior.
  • Ligamento coronario. Une la porción posterior de la cara diafragmática del hígado con el diafragma, se prolonga a ambos lados con el ligamento triangular izquierdo y derecho que tienen la misma función.
  • Ligamento falciforme. Une la cara diafragmática del hígado al diafragma y la pared abdominal anterior. Marca la división entre el lóbulo derecho y el izquierdo.
  • Ligamento gastrohepático. Une la curvatura menor del estómago al hígado
  • Ligamento ducto venoso. Es el remanente fibrosado del ducto venoso que durante el periodo fetal conecta la vena umbilical directamente con la vena cava inferior.
  • Ligamento hepatoduodenal. Une el duodeno al hilio hepático y actúa como soporte de la vena porta, la arteria hepática y la vía biliar principal.

Circulación sanguínea del hígado

La sangre llega al hígado a través de la vena porta y la arteria hepática. El sistema de la vena porta constituye el 70-75 por ciento del flujo sanguíneo y contiene sangre poco oxigenada y rica en nutrientes proveniente del tracto gastrointestinal y del Bazo.
La sangre arterial llega a través de la arteria hepática, rama del tronco celíaco que contiene la sangre oxigenada.
La sangre de ambas procedencias se mezcla en los sinusoides hepáticos y abandona el órgano a través de las venas hepáticas, también llamadas suprahepáticas, que finalmente drenan en la vena cava inferior.

Drenaje linfático del hígado

El hígado es uno de los órganos que produce mayor cantidad de linfa. Los vasos linfáticos convergen en la región del hilio hepático desde donde llegan a la cisterna del quilo en el conducto torácico que desemboca finalmente en la vena cava inferior.

Inervación del hígado

El hígado recibe inervación simpática y parasimpática procedente del plexo celíaco y de los nervios vagos izquierdo y derecho. Ambas inervaciones forman el plexo hepático, mezcla de fibras simpáticas y parasimpáticas.

Histología hepática

Clásicamente se considera al lobulillo hepático como la unidad funcional del órgano, el hígado humano contiene entre 50 000 y 100 000 lobulillos. El lobulillo es u estructura tridimensional con forma de prisma hexagonal con una vena longitudinal en el sector central. En un corte histológico bidimenisonal en el centro del hexágono se encuentra la vena centro-lobulillar y en las esquinas los espacios porta. Entre las esquinas del hexágono y el centro se encuentran los sinusoides hepáticos y los hepatocitos que se disponen en forma radiada en torno a cada vena centrolobulillar. En el lobulillo hepático se mezcla la sangre arterial y venosa procedente de los espacios porta para desembocar en la vena central de cada lobulillo. Dentro del lobulillo hepático se pueden distinguir las siguientes estructuras:

  • Espacios porta o tríadas: son áreas triangulares situadas en los ángulos de los lobulillos hepáticos, constituidas por un estroma conjuntivo laxo; contienen en su interior una rama de la arteria hepática, una rama de la vena porta y un conductillo biliar; la bilis producida por los hepatocitos se vierte en una red de canalículos dentro de las láminas de hepatocitos y fluye, en forma centrífuga al lobulillo,​ hacia los conductillos biliares de los espacios porta.
  • Sinusoides hepáticos: son capilares que se disponen entre las láminas de hepatocitos y donde confluyen, desde la periferia de los lobulillos, las ramas de la arteria hepática y de la vena porta; la sangre fluye desde las tríadas hasta la vena central, circulando en forma centrípeta; la pared de los sinusoides está formada por una capa discontinua de células endoteliales fenestradas, que carecen de membrana basal. En los sinusoides confluyen la circulación hepática y porta. Estos drenan su contenido a la vena hepática central, de ésta a las venas hepáticas derecha e izquierda, y finalmente a la vena cava inferior.
  • Espacio de Disse: es un estrecho espacio perisinusoidal, que se encuentra entre la pared de los sinusoides y las láminas de hepatocitos, ocupado por una red de fibras reticulares y plasma sanguíneo que baña libremente la superficie de los hepatocitos. En el espacio de Disse se produce el intercambio metabólico entre los hepatocitos y el plasma donde se forma la abundante linfa hepática. En este espacio también se encuentran células estrelladas hepáticas o células de Ito, de forma estrellada y su función es almacenar vitamina A.

Células hepáticas

Las principales células que forman parte del lobulillo hepático son las siguientes:

  • Hepatocitos: constituyen alrededor del 80 % del peso y del 65 % de la población celular del tejido hepático.​ Son células poliédricas con 1 o 2 núcleos esféricos poliploides y un nucléolo prominente. Presentan el citoplasma acidófilo con cuerpos basófilos, y son muy ricos en orgánulos. Además, en su citoplasma contienen inclusiones de glucógeno y grasa. La membrana plasmática de los hepatocitos presenta un dominio sinusoidal con microvellosidades que mira hacia el espacio de Disse y un dominio lateral que mira hacia el hepatocito vecino. Las membranas plasmáticas de dos hepatocitos contiguos delimitan un canalículo donde será secretada la bilis. La presencia de múltiples orgánulos en el hepatocito se relaciona con sus numerosas funciones: síntesis de proteínas, metabolismo de hidratos de carbono, formación de bilis, catabolismo de fármacos y tóxicos y el metabolismo de lípidos, purinas y gluconeogénesis.
  • Células de Kupffer: son macrófagos fijos pertenecientes al sistema fagocítico mononuclear que se encuentran adheridos al endotelio y que emiten sus prolongaciones hacia el espacio de Disse. Estas células eliminan de la circulación sanguínea, mediante el proceso de fagocitosis, todo tipo de partículas extrañas, innecesarias o alteradas, incluyendo eritrocitos envejecidos y bacterias. Además actúan como células presentadoras de antígeno y activan la respuesta inmune de los linfocitos T.
  • Células endoteliales: Estas células tapizan la luz de los sinusoides, tienen un citoplasma fenestrado (con poros) a través del cual penetran los componentes de la sangre en dirección hacia la membrana sinusoidal de los hepatocitos.
  • Células hepáticas estrelladas o de Ito: Tienen forma estrellada y poseen la capacidad de almacenar lípidos y vitamina A, constituyendo la principal reserva de esta vitamina del organismo. Tras un daño hepático, las células hepáticas estrelladas, que son las principales responsables del proceso fibrogénico, son activadas adquiriendo propiedades contráctiles, proliferativas y profibrogénicas. Durante el proceso de cicatrización, estas células producen una gran cantidad de proteínas de la matriz extracelular, principalmente colágeno de tipo I.
  • Células de Pit: Son células linfoides residentes en el hígado similares a las células Natural killer. Tienen capacidad citotóxica.
  • Colangiocitos o Células ductales: Forman la pared de los pequeños ductos por los que circula la bilis.

Fisiología del hígado

El hígado está presente en los vertebrados en forma de órgano y en algunos invertebrados en forma de glándula. Es la víscera más voluminosa de la anatomía y una de las más importantes en cuanto a la actividad metabólica del organismo. Desempeña funciones únicas y vitales, entre ellos la síntesis de proteínas plasmáticas, función desintoxicante y almacenamiento de vitaminas y glucógeno. Además elimina de la sangre muchas sustancias que pueden resultar nocivas para el organismo, transformándolas en otras inocuas. A continuación se resumen las principales funciones del hígado.

Producción de bilis

La bilis es necesaria para la digestión de los alimentos, contiene sales biliares formadas por el hígado a partir del ácido glicocólico y ácido taurocólico que a su vez derivan de la molécula de colesterol. La bilis es excretada hacia la vía biliar y se almacena en la vesícula biliar de donde se expulsa al duodeno cuando se ingieren alimentos. Gracias a la bilis es posible la absorción de las grasas contenidas en los alimentos.

Metabolismo

  • Metabolismo de los carbohidratos.
    • La gluconeogénesis es la formación de glucosa a partir de algunos aminoácidos, lactato y glicerol;
    • La glucogenolisis es la fragmentación de glucógeno para liberar glucosa en la sangre;
    • La glucogenogénesis o glucogénesis es la síntesis de glucógeno a partir de glucosa.
  • Metabolismo de los lípidos.
    • Síntesis de colesterol. El colesterol fabricado por el hígado es destinado a diferentes fines, forma parte de las membranas celulares y participa en la síntesis de ácidos biliares.
    • Producción de triglicéridos.
    • Conversión de glúcidos y proteínas en ácidos grasos.
  • Metabolismo de proteínas.
    • Síntesis de albúmina
    • Síntesis de lipoproteínas para transportar los ácidos grasos a través de la sangre.(VLDL, HDL, LDL)
    • Síntesis de proteínas de transporte como transferrina y ceruloplasmina.
    • Síntesis de factores de coagulación, como el fibrinógeno (I), la protrombina (II), el factor de coagulación V, proconvertina (VII), el factor de coagulación IX y el factor de coagulación X.
    • Síntesis de aminoácidos no esenciales. Los aminoácidos son los constituyentes de todas las proteínas, el hígado solo puede sintetizar los no esenciales, los esenciales es preciso obtenerlos a partir de las proteínas de la dieta.
    • Síntesis de enzimas como la aspartato aminotransferasa y alanina aminotransferasa, imprescindibles para la transaminación.
    • Síntesis de hormonas peptídicas, entre ellas el angiotensinógeno.
    • Síntesis de alfa 1-antitripsina.

Función inmunológica

  • En los sinusoides hepáticos existen gran número de células de Kupffer, que son macrófagos residentes en el hígado que fagocitan bacterias, virus y macromoléculas extrañas al organismo.
  • El hígado es el órgano que produce la mayor parte de las proteínas que forman el sistema del complemento, el cual está formado por unas 18 glucoproteínas que se encuentran en el suero y se activan de forma secuencial en cascada. Este sistema juega un importante papel en la respuesta inmune.
  • El hígado produce la proteína C reactiva, reactante de fase aguda cuya síntesis aumenta considerablemente en los procesos inflamatorios.

Desintoxicación de la sangre

  • Metabolización del etanol gracias a la enzima alcohol-deshidrogenasa. Esta enzima se localiza principalmente en hígado aunque también está presente en otros tejidos.
  • Neutralización de numerosas toxinas.
  • Metabolización de la mayor parte de los fármacos. Por ejemplo el paracetamol se metaboliza por el hígado uniéndose con el ácido glucurónico eliminándose de esta forma a través de la orina.
  • Transformación del amonio en urea. Este es un importante proceso desintoxicante, ya que la urea es menos tóxica que el amoníaco y se elimina fácilmente a través de la orina.
  • Metabolización de la bilirrubina. La bilirrubina es una sustancia tóxica que procede de la degradación de la hemoglobina. El hígado la elimina a través de la bilis tras conjugarla con ácido glucurónico.

Almacenamiento de sustancias

  • La ferritina es la principal molécula de almacenamiento de hierro
  • Glucógeno (un reservorio importante de aproximadamente 150 g);
  • Vitaminas, incluyendo vitamina A, vitamina D y vitamina B12
  • Minerales, hierro en forma de ferritina, cobre, etc.

Hematopoyesis

Entre las 12 y 24 semanas de vida intrauterina, el hígado es el principal órgano de producción de glóbulos rojos en el feto. A partir de la semana 24 de la gestación, la médula ósea asume esta función.

Enfermedades del hígado, Hepatología

Algunas de las enfermedades del hígado son:

  • Hepatitis por virus: Hepatitis A; Hepatitis B; Hepatitis C; Hepatitis D; Hepatitis E.
  • Cirrosis hepática;
  • Enfermedades autoinmunes: colangitis esclerosante primaria, cirrosis biliar primaria y hepatitis autoinmune.
  • Enfermedades por depósito: Hemocromatosis y enfermedad de Wilson.
  • Enfermedades congénitas que provocan aumento de la bilirrubina: síndrome de Gilbert, síndrome de Crigler-Najjar, síndrome de Rotor y síndrome de Dubin-Johnson;
  • Esteatosis hepática, incluyendo la esteatosis hepática no alcohólica y la esteatohepatitis no alcohólica.
  • Enfermedades vasculares: Síndrome de Budd-Chiari, trombosis de la vena porta.
  • Hepatocarcinoma (cáncer de hígado).
  • Otras: Hepatopatía alcohólica, absceso hepático, fascioliasis hepática.

Hígado graso, hígado adiposo, Esteatosis hepática

Esta enfermedad es una afección en la que se acumula grasa en el hígado. Afecta a cerca del 25% de la población mundial, es decir, una cuarta parte. Mientras suben las tasas de obesidad, diabetes tipo 2 y colesterol alto, aumenta proporcionalmente la tasa de enfermedad por hígado graso. Es el trastorno hepático crónico más común en los Estados Unidos. Debido a que tiene pocos o ningún síntoma, esta afección silenciosa puede avanzar sin que el paciente tome medidas. Entre lo síntomas se encuentran:

a) el sentirse cansado o tener molestias en el lado superior derecho del abdomen.

b) presencia de exceso de grasa en las heces, heces poco consistentes y de color amarillento,

c) estreñimiento,

d) náuseas, vértigo o mareos sin razón aparente,

e) ictericia (color amarillo en la piel y los ojos),

f) picazón del cuerpo,

g) acumulación de líquido e hinchazón en piernas y abdomen,

h) confusión mental,

i) inapetencia, dificultad para asimilar alimentos, dolor de cabeza después de comer,

j) boca pastosa, lengua blancuzca o amarillenta, sabor amargo en la boca,

j) hinchazón de vientre, acumulación de gases,

k) cutis graso, granos.

m) insomnio en las primeras horas de la noche y dificultad para despertar en la mañana,

n) caspa, caída del cabello,

o) dolor en la nuca, tensión en el cuello y los hombros,

p) fatiga muscular, edemas, calambres, mala circulación venosa, coloración verdosa del rostro y los ojos,

q) fobia a la luz, dificultad para permanecer en al viento, problemas de visión, afecciones oculares, precoz pérdida de la vista,

r) síndrome premenstrual (catabolismo hormonal),

s) mandíbula tensa, rechinar los dientes en la noche,

t) sentirse agraviado, irritable y frustrado con frecuencia, impaciencia, tendencia a culpar a otros y reaccionar en forma muy intensa a las frustraciones cotidianas.

u) comportamiento controlador, insistir en estar en lo cierto.

Se diagnostica al consultar un médico, que solicitará historia clínica, y pruebas de sangre, ultrasonidos, en ocasiones una biopsia, además de un examen físico, para verificar si tiene hepatomegalia (hígado agrandado), o signos de cirrosis como ictericia.

Existen dos tipos principales:

  • Enfermedad del hígado graso no alcohólico.
  • Enfermedad del hígado graso por alcohol, también llamada esteatosis hepática alcohólica.

El hígado graso no alcohólico, se puede manifestar como hígado graso simple o esteatosis hepática no alcohólica. En el primer caso, existe grasa en el órgano, pero poca o ninguna inflamación o daño en sus células. En el segundo caso existe inflamación y daño en las células del hígado, y formación de grasa. Esto puede causar fibrosis o cicatrización del hígado, que puede degenerar en cirrosis o cáncer.

En la enfermedad del hígado graso por alcohol, el hígado descompone la mayor parte del alcohol bebido para que sea eliminado del cuerpo, pero este proceso puede generar sustancias dañinas. Estas sustancias dañan las células del hígado, provocan inflamación y debilitan las defensas naturales. Mientras mayor sea la ingesta de alcohol, mayor es el daño. Esta afección ocurre en personas que beben mucho, o durante un largo período de tiempo. El riesgo es mayor para las mujeres, en personas obesas, o con mutaciones genéticas. Esta enfermedad es la etapa temprana de la hepatopatía alcohólica. Las siguientes etapas son la hepatitis alcohólica y la cirrosis. Si la cirrosis conduce a insuficiencia hepática, se necesitará un trasplante de hígado.

Las personas que están en riesgo de tener enfermedad por hígado graso son quienes:

  • Tienen diabetes tipo 2 y prediabetes
  • Tiene obesidad
  • Son de mediana edad o mayores (aunque los niños también pueden sufrirla)
  • Son hispanos, seguidos por blancos no hispanos. Es menos común en afroamericanos
  • Tienen altos niveles de lípidos (grasas) en la sangre, como colesterol y triglicéridos
  • Tienen presión arterial alta
  • Toman ciertos medicamentos, como los corticoides y algunas medicinas contra el cáncer
  • Tienen ciertos trastornos metabólicos, incluyendo síndrome metabólico
  • Pierden peso muy rápido
  • Tienen ciertas infecciones como la hepatitis C
  • Han estado expuestos a algunas toxinas

Entre los tratamientos para el hígado graso no alcohólico, se recomienda bajar de peso, con el fin de reducir la grasa, inflamación y fibrosis en el hígado. En la enfermedad de hígado graso por alcohol, es importante dejar de consumir alcohol, probablemente requerirá una rehabilitación con la asistencia de un terapeuta o grupo de ayuda. En general, se sugiere que el paciente haga mejoras en su estilo de vida para sanar su hígado:

  • Consuma una dieta saludable, limitando la sal y el azúcar, además de comer muchas frutas, verduras y granos integrales.
  • Haga ejercicio con frecuencia, lo que le puede ayudar a perder peso y reducir la grasa en el hígado.

El hígado y las emociones

El estado emocional y la claridad mental de una persona se relacionan con la libre circulación de la energía y la sangre. De ahí que muchos sabios de la antigüedad relacionaran un juicio claro y un carácter estable con un hígado saludable. El bloqueo de la energía del hígado, su enfermedad, genera un estado colérico (mal humor, migrañas, violencia) y/o depresivo (apatía, inapetencia, dificultades para asimilar alimentos, tristeza prolongada, tendencias suicidas). Los desequilibrios biliares se asocian con rigidez de pensamiento, cólera, excesiva preocupación por los detalles, frustraciones y miedo hacia lo desconocido. Las decisiones y acciones se paralizan.

Este órgano almacena el resentimiento, la ira, el enfado, la frustración, el estrés, y demás sentimientos y energías de baja vibración. Cuando la persona no expresa sus emociones, carece de herramientas de contención emocional (como la asertividad, el diálogo pacífico, la meditación), el hígado guarda el resentimiento. Por estas y otras razones, al hablar del hígado podemos usar la metáfora de «desnutrición y analfabetismo emocional» como una de las razones de sus patologías. A fin de lograr la sanación integral, la persona no debe únicamente de medicarse, sino también de aprender a depurar las emociones y sentimientos negativos (catarsis a través del arte terapia, los diarios, la confesión u otras técnicas), y cultivar el perdón, la alegría, el amor.

El hígado es el «Maestro de la astucia y de la acción», así como la vesícula biliar lo es de la fuerza de decisión. La salud de ambos órganos determina la capacidad de ser un líder. La capacidad de prever, anticipar la realidad interior / exterior, depende de la salud del hígado y la vesícula. Cuando una persona está intoxicada, estos órganos se enferman. Antes de medicarse, es mejor desintoxicarse.

Sanación herbolaria

La herbolaria ofrece alternativas naturales que asisten en la regeneración del hígado. Además de tener una dieta saludable, ingerir agua pura, hacer ejercicio, y evitar el consumo de alcohol y otras toxinas, se recomienda ingerir infusiones de hierbas, en ayunas y antes de las comida y cena y/o como agua del día, sin exceder la dosis recomendada. Algunas se adquieren en sobres de té, en frascos con la hierba disecada, o en semilla.

  • Diente de león: facilita la secreción de bilis.
  • Caldo mariano: contiene silimarina, un hepatoprotector que regenera y desintoxica las células hepáticas.
  • Fumaria: reduce náuseas y dolor de cabeza, mejora la digestión, evita cálculos biliares.
  • Melissa y Agrimonnia: depura y desintoxica.
  • Hinojo y pie de gato: protegen el sistema biliar y lo regeneran.

También es recomendable cultivar una alimentación alcalina, evitar comidas picantes o my sazonadas, e ingerir en la dieta cotidiana hierbas, frutas, nueces, y vegetales. Un consejo es ingerir un vaso con agua y una cucharada pequeña de vinagre de manzana en ayunas.

  • Hierbas: Berros, cebollas, cúrcuma, albahaca, comino, hinojo, jengibre, romero, menta y cardamomo.
  • Frutas y nueces: Fresa, melocotón, cereza, castaña, piñón y semillas.
  • Vegetales: Repollo, raíz de nabo, colinabo, coliflor, brócoli y coles de Bruselas, germinados, frijoles.

Sanación energética

En la Sanación Pránica se puede ayudar a sanar tanto la sangre como los órganos del cuerpo. La persona puede asistir con un sanador pránico para solicitar ayuda. Adquirir hábitos saludables ayudan a una sanación más rápida:

  • Llevar una dita saludable o vegetariana.
  • Realizar meditación regularmente.
  • Evitar el consumo de drogas, bebidas alcohólicas, o tabaco.

Chakras

Existen once chakras mayores en el cuerpo, y otros chakras menores. El hígado es afectado por el chakra del plexo solar, que es el que se contamina o congestiona cuando no sabemos manejar nuestras emociones, y somos propensos a estrés, ira, rencor, y otras experiencias de baja vibración. El hígado tiene un chakra menor. Al realizar una sanación energética es indispensable que principalmente se limpien el chakra mayor del plexo solar, los chakras menores del hígado y del Bazo, el sistema sanguíneo y linfático, y por supuesto también todo el organismo de la persona.

El chakra anterior, o frontal, del plexo solar se localiza en el área hueca entre las costillas. El chakra posterior del plexo solar se ubica en la parte de la espalda. Contiene 10 pétalos y prana en color rojo, amarillo, verde y azul, con un poquito de naranja y violeta. Es uno de los chakras más importantes porque controla, energiza y afecta a muchos órganos vitales, pero pierde su balance fácilmente debido a emociones negativas. Su trabajo es controlar y energizar el diafragma, el hígado, el páncreas, el estómago, los intestinos grueso y delgado, parcialmente las glándulas suprarenales, el corazón, los pulmones y otras pares del cuerpo. También afecta la calidad de la sangre, ya que influye en el bienestar del hígado, que es el que desintoxica la sangre. En los pacientes que sufren de artritis reumatoidea, afecciones autoinmunes o de lupus eritematoso, los chakras del plexo solar e hígado funcionan mal. Un mal funcionamiento del chakra del plexo solar se puede manifestar como hepatitis, sangre contaminada o afecciones de la sangre (con relación al hígado) y otras enfermedades: dificultad respiratoria por mal funcionamiento del diafragma, diabetes, afecciones del páncreas, digestivas, de la vesícula, alto nivel de colesterol.

El chakra del plexo solar es el centro de las emociones positivas como la ambición por mejorar, el valor, la perseverancia. También es el lugar de emociones negativas como la agresividad, la ira, el odio, la envidia, la avaricia, la destrucción, la violencia, la crueldad y otras. Si la persona se deja atrapar por emociones negativas, no conoce o practica técnicas de contención emocional, está muy enojada, el chakra late irregularmente, la respiración superficial es irregular, y si este estado desequilibrado es frecuente, el chakra pierde su estado de salud, con lo que también enferman los órganos que dependen de su buen funcionamiento.

Sanación preventiva y sanación energética

En la sanación alternativa, sabemos que es mejor prevenir, por lo que se sugiere a los pacientes que tomen en cuenta nueve hábitos positivos:

Cuando el paciente ya ha manifestado la enfermedad, se le invita a que no deje su salud sólo en manos del terapeuta energético, sino que vaya transformando sus hábitos negativos -aquellos que pudieron desencadenar la dolencia- en positivos -los 9 hábitos preventivos-. Además, el terapeuta le brinda asistencia al ayudarle a limpiar sus chakras y aura, y en el caso de enfermos del hígado, como hemos dicho, se hace énfasis en el tratamiento del hígado, el bazo, y los sistemas sanguíneo e inmune. También existen protocolos específicos que se aplican para:

  • Limpieza de órganos internos en caso de infección.
  • Regeneración de órganos internos y sus células.
  • Limpieza de sangre.
  • Sanación aplicada para antes, durante y después de una cirugía para reducir la hemorragia y facilitar la recuperación, y disminuir el riesgo de rechazo de órganos trasplantados.
  • Sanación por instrucción visual o verbal. Los chakras tienen una conciencia que se llama la mente subconciente de los chakras. Los órganos tienen una conciencia o inteligencia llamada la mente orgánica subconciente. El sanador puede instruir a la mente física subconciente, los chakras, a los órganos, y las células del paciente para sanarse.
  • Sanación divina. El sanador invoca a los seres de luz su asistencia para bendecir al paciente con recuperación y salud.

Conclusión

En conclusión, el hígado juega un papel crucial en la salud y el bienestar del organismo, desempeñando funciones vitales que van desde la producción de bilis para la digestión de grasas hasta la desintoxicación de la sangre. Este órgano esencial es susceptible a diversas enfermedades, pero afortunadamente, enfoques holísticos e integrales como la herbolaria y la sanación energética y espiritual pueden brindar alternativas para su regeneración y protección. La combinación de prácticas preventivas, sanación pránica, limpieza de chakras y cambios en el estilo de vida, reafirman la importancia de abordar la salud con una visión integral, que considera tanto el aspecto físico como el emocional y energético del individuo, en busca de un equilibrio que propicie la armonía y el bienestar general.

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