¿En qué se parecen Agustín Lara y Robert Rauschembert? Ra’al Ki los hermana en una suerte de coctel conceptual kitsch, pop, que incluye caligrafía, comics, pintura, y principalmente sus cartas de amor.
Artículo publicado por Antonio Espinoza en la Revista Excéntrica, Crítica de Arte y Cultura, No. 4, de septiembre – octubre 2003. México
El siglo XX fue el marco histórico de la desacralización y la secularización del arte. Los disparos sobre el arte fueron realizados desde distintas posiciones y con el fin de bajarlo de su pedestal de reverencia y sacralidad. En esa centuria el arte fue cuestionado como un objeto producto de la función creadora del artista (Marcel Duchamp), perdió su autonomía como resultado de la expansión de la técnica (Walter Benjamin), se convirtió en excremento (Piero Manzoni), se identificó con los productos comerciales (Andy Warhol y el arte pop) y dejó de ser un objeto de contemplación para volverse un instrumento de transformación revolucionaria de la sociedad (Joseph Beuys). El resultado fue la ampliación del concepto de arte y su colocación en un nuevo pedestal, inaccesible para la mayoría de los mortales.
En tiempo de la posmodernidad, cuando se cuestiona tanto la responsabilidad moral del arte y numerosos artistas se dedican a exaltar la banalidad del mundo, hay artistas que se rebelan porque tienen mucho qué decir y vuelven a bajar el arte de su pedestal. Tal es el caso de Iris* (México, D.F., 1971), autora de una obra irreverente y subversiva que sí toma en cuenta al espectador y que de hecho lo involucra muy a menudo en sus locuras. Esta artista busca en su obra transgredir los patrones predominantes de lo femenino, el papel de sumisión que el poder masculino le ha asignado a la mujer dentro de la sociedad. Para ello ha creado un imaginario felizmente erótico que se expresa a través del collage, la instalación, el performance y otras disciplinas.

La exposición más reciente de Iris tuvo lugar del 29 de mayo al 29 de junio en la Galería Masmédula. Con el título Amor mío, la joven artista presentó un total de 23 obras entre collages y objetos; obras integradas en un discurso erótico posmoderno cuya protagonista principal fue ella misma. En el marco de una galería cubierta parcialmente con una ambientación kitsch, la noche de la inauguración se presentó un performance, auténtico ritual amoroso desarrollado a manera de procesión que incluyó una oración, una suerte de versión femenina del Padre Nuestro. Incluso, el espectador tuvo la oportunidad de participar en la pachanga erótica durante la vigencia de la muestra a través de un buzón colocado en el baño de la galería, en el cual podía escribir mensajes dirigidos a la artista. Todo esto hizo de Amor mío una muestra muy divertida.
Pregunta: ¿En qué se parecen Agustín Lara y Robert Rauschenberg? En nada, pero Iris México ha construido su discurso erótico abrevando en la estética del kitsch y apropiándose de elementos del arte pop. El resultado es una suerte de coctel conceptual que incluye caligrafía, comics, dibujo, pintura, recortes de prensa y los más diversos objetos. El arma principal de la artista es su escritura amorosa, que en su atrevimiento y deliberada cursilería cuestiona abiertamente los valores tradicionales en torno a la mujer y lo femenino y, simultáneamente, dispara sobre las buenas consciencias que todavía existen en el México partidocrático de nuestro tiempo.
Artista rebelde que recupera en su obra el espíritu de la vanguardia, Iris se concibe a sí misma como una sacerdotisa de un ritual llamado arte que encuentra en el kitsch y en el pop sus estrategias liberadoras. Ella ha aprovechado su atractivo físico (es muy guapa) para convertirse en el sex symbol de un audaz discurso erótico que se inserta perfectamente en el marco de las sociedades del espectáculo. Lo positivo es que su obra trasciende la frivolidad del imperio de la imagen en sus afanes subversivos por liberar a la mujer de sus cadenas ancestrales.
*Ra’al Ki Victorieux también es conocida como Iris Atma, o Iris México
Bendiciones de Amor, Gracia y Trascendencia
Espero que te haya gustado este artículo. Te agradezco un like, comentario, o compartir. También te invito a adquirir mis libros en Amazon Kindle.
Gracias.