
Ángel Gutiérrez *
Una de las obras más controversiales del medievo La Dama y el Unicornio; va de la iconografía religiosa, a la temática profana. En estas escenas un tanto ambiguas, misteriosas, llenas de contenidos, se manejaban conceptos ideológicos complejos que conformaban un entramado sofisticado de variadas líneas de pensamiento. El amor erótico estaba imbuido de sentido místico, mientras el amor divino se cargaba de metáforas ardientemente sensuales para desembocar en el amor-pasión-divino.
El arte de la tapicería
La Dama y el Unicornio es una obra que consta de seis tapices realizados a finales del siglo XV, elaborados en lana y seda y ubicados ahora en el Museo Medieval de Cluny, Paris. Las medidas de los tapetes son de gran formato y oscilan entre los 3.10 y 4.66 metros.(1) Este conjunto de tapices presentan una contrastante gama policromatica: rojo, verde, azul y ocre. Los personajes que conforman cada escena, se encuentran en una isla. Una Dama, un león, el unicornio , un mono habitan un paisaje, escenario de abundante vegetación.(2,3) La composición es profusa en sujetos y equilibrada en su distribución; los planos de las imágenes están jerarquizados por el tamaño de los elementos. Los simbolismos son repetitivos y rítmicos; como el caso de las lunas en cuarto creciente a manera de objetos heráldicos de la familia Le Viste.(4)
“A mi único deseo”
El eje temático de estas piezas representan los 5 sentidos y la sexta representa el deseo, y destaca entre las demás.(5) Siguiendo esta línea de intepretación, recapitulamos las escenas: En “El Oído”, la Dama toca un órgano portátil que yace sobre una mesa cubierta con una carpeta; un león y el unicornio enmarcan la escena. Podemos observar una profusión de elementos decorativos. En “El Tacto”, la Dama, magníficamente vestida, sostiene en una mano un estandarte, mientras que con la otra acaricia el cuerno del unicornio. El tapiz dedicado a “La Vista” presenta a el unicornio, que con una actitud familiar, ha posado sus patas delanteras sobre las rodillas de la dama y se mira en el espejo que ella sostiene. En “El Gusto”, el león y el unicornio rodean a la Dama quien, con la mirada hacia un ave que sostiene sobre su mano izquierda, está a punto de tomar un dulce que su sirvienta le ofrece en un recipiente lleno de almendras confitadas. Un perro vigila con atención sus gestos, mientras que a sus pies, un mono de mirada burlona subraya el significado de la escena, mientras come una baya. La obra de “El Gusto” muestra a la Dama quien trenza una corona de flores; detrás de ella, se encuentra nuevamente el mono, que nos da la clave de esta alegoría: está a punto de oler el perfume de una rosa que ha sacado de una canasta.
La pieza maestra parecería una continuación de las anteriores, aunque la diferencia estriba en varios elementos, en la inscripción del pabellón que dice A mon seul désir.(6) La alegoría del tapiz nos recuerda a la carta de la Torre en el tarot, ya que podemos encontrar una relación entre el deseo del tapiz y la apertura, emergencia de lo que estaba cerrado en el arcano. La Dama se despoja del collar que porta dejando su cuello desnudo… Las etapas de la seducción amorosa que configuran la obra, están protagonizadas desde la perspectiva de nuestra Sibarita Medieval, lo que se relaciona con la carta del enamorado que nos refiere al placer y la decisión. Quiero pensar que ella va a poner en práctica una estrategia en la que va a demostrar que es una consumada experta en el arte de la seducción.
Refinada Elegancia
La obra es muy bella por el contrastante de sus colores y los motivos de flores, exótica fauna que nos brindan una experiencia sensual y poética. Las poses de la dama siempre son muy sutiles, sus atuendos son sofisticados, en contraste con la representación pictórica de los animales que son lúdicas y naíf. (7)
Bondades de la corte
Su confección se estima hacia 1490 y 1492 en Flandes, por encargo de un miembro prominente de la familia Le Viste, un poderoso personaje cercano al rey Carlos VII. Su uso fue decorativo para tapizar las paredes de un salón. (8)
Del artista no se precisan datos exactos, sin embargo, se especula que la elección del tema de los tapices fue tomada por un maquetista, podría ser algún miniaturista de los que trabajaban en la corte francesa, tal vez un alumno del taller de los pintores Henri y Conrad Vulcop, conocido como el “Maestro de Ana de Bretaña” al que se le adjudican también otras obras como la serie de las Mujeres ilustres y los tapices de La caza del unicornio, o el “Maestro de Moulins” que trabajó para la casa de Borbón. De hecho ambos, comitente y artista, están inmersos en un período histórico rico en especulaciones científicas y artísticas, abierto espiritualmente a múltiples corrientes de pensamiento, donde confluyen una cultura religiosa y una nueva cultura laica que, apoyándose en planteos humanistas, buscan resolver dialécticamente la oposición entre la visión cristiana del mundo y la cosmovisión de la antigüedad pagana.
Con esta manera de aprehender la realidad, el artista y el comitente adquieren otros valores y otras funciones. El encargo artístico se carga de un valor emblemático, vehiculiza no solo contenidos específicos a través de determinadas conformaciones morfológicas sino que pone de manifiesto la condición social del comitente. En este contexto pues, la tapicería de Cluny refleja las necesidades mundanas y las aspiraciones aúlicas de la familia Le Viste.
Una obra fantástica
Si tienen la fortuna de apreciar la obra en el Museo de Cluny; la museografía de la sala esta estructurada en semicírculo con dos entradas, de tal manera que el espectador transita de manera libre. La ambientación del espacio también esta pautado por la iluminación selectiva (sólo los tapices) cuestión que te permite enfocarse absolutamente en la obra.
Esta representación artística es la pieza más visitada dentro del Museo Medieval de Cluny por su naturaleza fantástica lejos de la representación religiosa, filosófica y moralizante que era lo que imperaba en el siglo XV.(9) Por otro lado es una obra que encierra muchos mensajes, por lo tanto diferentes interpretaciones desde religiosas hasta lascivas, y eso la provee de un aura muy especial ante los ojos del espectador.
Majestuoso homenaje a los sentidos
La temática de la tapicería contiene un mensaje hedonístico para agradar a la vista, un verdadero homenaje a los sentidos que dista mucho de las imágenes cristianas o bélicas que regularmente se representaban en lo tapices. La estética cumple con los canones de belleza adoptados de la cultura grecorromana, y logra armonía entre el tema, lo artístico y la estética presentes en la lírica medieval. La obra ha sido majestuosamente realizada, el detalle es meticuloso y exacto.
- Los tapices se encontraron en el castillo de Boussac hacia 1835 cuando fue comprado por la comuna. En esa época Próspero Mérimée, que era inspector de los Monumentos Históricos, los consideró especialmente valiosos y propuso su compra al Estado francés. Por otra parte, George Sand se refirió a ellos en varias obras: en la novela Jeanne de 1844; en un artículo en 1847, de la Ilustración con dibujos de su hijo; en Alrededor de la mesa de 1862 y, finalmente, en 1871, en Diario de un viajero durante la guerra donde hace la descripción de tres tapices. Sin embargo, recién en 1882 los tapices fueron ubicados en el Museo de las Termas de Cluny cuando la comuna de Boussac se los vendió al Estado luego de una larga negociación. Cfr. Erlande-Brandenburg, A., La Dame à la Licorne, Paris, Editions de la Reunión des musées nationaux, 1989, pp. 64-66.
- La conjunción de estos animales heráldicos, león y unicornio, es frecuente tanto en la literatura como en la iconografía medieval. González Doreste, Dulce Ma.. A propósito de algunas interpretaciones de La dame à la licorne, 2000,. pp 85
- Fondo rojo recubierto de flores denominadas mille fleurs en la que se encuentran variados animales. Martínez, Adriana. Iconografía y deslizamientos semánticos. pp.34
- La luna en cuarto creciente : a medida que la luna va creciendo en luz, el organismo esta más receptivo al placer y propuesto a crecer y expandirse. Año Cero, Cassanya, Vicente, pp.15
- Los filósofos medievales, influidos por el pensamiento aristotélico, concebían los cinco sentidos del hombre repartidos en dos grupos que obedecen a un orden creciente de ¨inmaterialidad¨: en lo bajo del escalafón se sitúan el tacto y el gusto, que implican un contacto concreto con las realidades materiales ; en el punto más alto están el oído y la vista , que perciben la los objetos a distancia sin necesidad de tener contacto físico con ellos. Entre estos dos grupos se encuentra el olfato, vinculado a las otras dos formas de percepción. Estos dos grupos juegan un papel diferente: los primeros son necesarios para la supervivencia , mientras el oído y la vista son esenciales para la vida intelectual y espiritual. Cruel, M.-E . Les tapisseries de la Dame à la Licorne, une represéntation de versus allégoriques de Rpman de la Rose, Gazette des Meaux-Arts, 2000,. pp.215-232
- –A mon seul désir P(R)…–. El sintagma, único referente textual, se apoya en el adjetivo posesivo “mon” (mi) que indica la pertenencia, la apropiación y el sustantivo “désir” (deseo) que tiene como acepción primera el concepto de toma de conciencia de determinadas inclinaciones o propensiones. Martínez, Adriana. Iconografía y deslizamientos semánticos. pp.37
- Estilo pictórico caracterizado por la deliberada ingenuidad, tanto en la representación de la realidad como en los colores empleados. www.rae.es
- A partir de los elementos heráldicos representados en los tapices, se determinó que un miembro de una rica familia burguesa originaria de Lyon, Jean IV Le Viste, quien formó parte de la corte de Luis XI fue presumiblemente el propietario de este conjunto. Martínez, Adriana. Iconografía y deslizamientos semánticos. pp.34
- Los hombres del siglo XV creen llegar a una síntesis cuando, sin abandonar la temática religiosa, incorporan una noción espacial racional; sin embargo, un nuevo desafío se les presenta cuando toman como objeto de representación una imagen no cristiana. Es allí cuando se manifiesta un proceso de desacralización de la visión del mundo y de sus objetos que lleva a la superación de la imagen únicamente religiosa. Martínez, Adriana. Iconografía y deslizamientos semánticos. pp.35
- Alcaide, V. y Checa, F., El Renacimiento, Madrid, Istmo, 1989.
*Este texto fue resultado del taller Consciencia Creativa impartido por Ra’al Ki Victorieux (Iris Atma) en ICONOS, Ciudad de México.
Bendiciones de Amor, Gracia y Trascendencia
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Un comentario en “A mon seul désir; A mi único deseo”