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El arte me ha salvado de crisis tremendas

@masterraalkivictorieux Master Ra’al Ki Victorieux

El artículo de la prestigiosa entrevistadora Ra’al Ki Victorieux destaca la impactante historia de Reynaldo Velázquez, quien encontró en el arte una salvación ante crisis y angustias. El relato refleja la profunda conexión entre el arte, la religión, el erotismo y la expresión a través de la escultura y los grabados. Una historia fascinante de superación y dedicación. 🎨✨ #Arte #Entrevista #Salvación #Superación https://wp.me/p3JLEZ-5AG

Reproducimos la siguiente nota de prensa en la que Ra’al Ki Victorieux (Iris Aggeler) entrevista a Reynaldo Velázquez. Esto forma parte del proceso de digitalización del acervo de Atma Unum. 

El arte me ha salvado de crisis tremendas. 
Master Ra'al Ki Victorieux entrevista a Reynaldo Velásquez. Atma Unum
El arte me ha salvado de crisis tremendas.
Master Ra’al Ki Victorieux entrevista a Reynaldo Velázquez. Atma Unum

El arte me ha salvado de crisis tremendas, de casi el suicidio

Reynaldo Velazquez nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. De niño aprendió a hacer juguetes de madra; de joven trabajó retratos y series de grabado sobre madera; desde hace varios años radica en la Ciudad de México, donde ha ido cultivando un interesante trabajo escultórico.

El arte es un ambición

“El arte es una ambición. Una ambición a la que no siempre se accede. De repente te llaman artista porque te dedicas a esto, pero el artista es realmente un ser muy superado. Es algo a lo que inspiramos muchos, pero no siempre llegamos. Siempre hay algo que puede interferir; algunas de las cosas que generalmente interfieren es la falta de atención, de concentración.

“A mi lo que realmente me ayuda es la capacidad de trabajo; mientras la tengo, puedo tolerar cualquier cosa. Muchas veces la concentración no es producto de la inspiración, sino de que tienes ganas de involucrarte con el material. Es cuestión de disciplina, tienen que coincidir tantas cosas con la obra de arte, por eso son pocas. Las obras realmente logradas son pocas, claro que hay gente a quien le da mucho más porque quizá tienen mayor habilidad para concretar esa idea que está en el aire. Ya que la ves relaizada dices: -¿Por qué no se me ocurrió a mí? Tan fácil que se ve.

“El caso de las artes plásticas en Chiapas, me tocó verlas como jurado para las becas del Foesca 1997; las veo, en general, un poco bajas de nivel. Me sorprende lo bajo que es incluso el nivel de ambición. Quizá hay muchas cosas que están bien, pero no tienen ambición. Claro que si te pones a pensar en la cantidad de dinero de la beca, pues es proporcional. De todos modos, pienso que si alguien se dedica a esto tiene que tener ambición, para ganar diez centavos o lo que sea. La beca no es una manutención total, es un apoyo. Generalmente la ambición artística se da en la clase media, en la clase baja, por eso se necesita este tipo de apoyos. Los estudiantes de arte en universidades privadas, creo que van más bien hacia la actividad crítica, a la curaduría, no creo que vayan a la producción. Muy rara vez sale un artista de esas filas.

“Creo que el artista, cuando se propone una obra, lo que pretende es que le sobreviva cuando menos. Sabemos que el ser humano tiene un periodo de vida muy corto. Lo que el ser humano pretende con la obra de arte es sobrevivir a su tiempo. Busca la permanencia.”

Erotismo, religión, tortura

“El origen de mi producción, la motivación principal fueron símbolos religiosos, pero a la vez eróticos. Buscaba relacionarlos, se me hace que son lo mismo. Algunas de las obras de esa primera producción son El Viacrucis o El Magnificat. Pienso que muchos pasajes de la Biblia, no sólo El cantar de los cantares, están relacionados con el erotismo.

“El erotismo es un poco incontrolable, en realidad no te convocan a hacer una obra erótica, sino que hay un erotismo natural en la bora. No sólo en la mía sino en la de mucha gente de esa generación. A finales del siglo pasado, el erotismo era una propuesta clandestina. Se hacían folletines. Apollinaire editó clandestinamente, sin firma, Los 11,000 falos, en realidad era una obra muy erótica; ahora ya se sabe que él la hizo. Oscar Wilde parece que también produjo obra clandestina fuera de lo de Salomé, que es erótica, pero no lo que ahora se considera erótico abierto, inclso con tendencia gay, por ejemplo. El erotismo es muy amplio. Parece que el cristianismo fue el que corrió el velito ese del erotismo velado, que apenas sugiere, que apenas es un botoncito de piel oscura; pero antes de eso, estaba el erotismo abierto, hasta caricaturesco, satírico, de las lámparas griegas, fálicas. Es infinita la cantidad de variedades. Yo estoy a favor de todo tipo de erotismo.

“Creo que el erotismo es una constante en mi obra, hay ciertas épocas en que es más marcado o digamos más intencionado, con mayor malicia; pero hay otras épocas en que es más invocado, convocado.

“Los temas religiosos se ven mezclados a la vida diaria, no pierden vigencia; lo que pierde vigencia es la iglesia, el canon religioso, la serie de cosas que hacen que determinada iglesia tenga poder. Las religiones no dejan de tenerla porque son pensamientos filosóficos. La iglesia católica abarca todo el mundo, la musulmana ocupa quizá más almas, pero en una parte geográfica determinada.

“A mí me gustó mucho leer Los 11,000 falos de Apollinaire, porque trataba de un personaje que corresponde a una mística no religiosa, a la autodestrucción por placer. El placer llega a ser tan intenso que te destruye. Es un éxtasis perfecto y definitivo, porque llega a la muerte. Claro que es muy difícil llegar a ese tipo de perfección, necesita un cierto entrenamiento. El suicidio no tiene ningún chiste. El chiste es llegar al “ya no importa, esto es la muerte”, sentir ese placer en el instante de la muerte porque es la última memoria que existe. No creo en el paraíso, no tengo pruebas de que exista el después de la muerte; el ser humano se afana demasiado por vivir aquí, conmemoramos demasiado la muerte como para realmente pensar en la supervivencia después de eso. La urgencia es vivir aquí, con una intensidad más grande de la normal. Por eso el humano necesita de la mística, no puede vivir como el animal; por naturaleza y correctamente, el animal sabe que no hay nada después, el humano duda siempre.

“La tortura, el dolor intencional, el dolor infligido, son tendencias naturales en mí y en mi obra. Es sicológicamente como una fascinación estar de parte del perdedor. No es nada más que sea justiciero y quiera reivindicar al vencido. Me excita mucho el dolor del que pierde, “es una pasión de siempre, morbosa; me interesa el que pierde, la expresión de la derrota.

“Por otra parte, la pretensión, cuando empecé a hacer esculturas con este tema, era alterar el punto de apoyo. Generalmente la escultura va apoyada al piso; si suprimimos el pedestal, la escultura se tambalea porque no tiene sostén, pero si la suspendo, queda automáticamente invertido el punto de apoyo y además tiene movilidad, que es algo que también tiene su fascinación. La fascinación del ahorcado”.

Música en la plástica

“El autor que más me marcó en mi aprendizaje es Johan Sebastián Bach. La música es para mí un lenguaje paralelo al de la pintura. Me he metido más en la música, por lo mismo que es tan abstracta, que con otras disciplinas; siempre hay interdisciplinariedad, y además es muy saludable que haya. Por Bach empecé a hacer obras seriadas. El Viacrucis y El Magnificat están basados en textos que se pueden subdividir. Es lo que se hacía en la música en el siglo XVIII, en el caso de la misa, se fragmentaba. Un músico puede incluir mucho texto y subdividirlo en las partes que quiera. Es un poco lo que yo hice, dar una imagen por cada sección de lo que quería; entonces estuve tratando de hacer un paralelo, pensar en lo que habría hecho un músico enfrentado a ese texto. Hay textos que tienen lo que uno necesita para expresarse, precisamente porque son trillados; el texto de la misa es muy trillado, pero contiene la esencia de cualqueir buen deseo, se introduce el tema, se trata, se resuelve. Es una ofrenda hacia la deidad.

“En la gráfica, en el caso del grabado en madera, le metí muchas ganas a averiguar cuál era el mejor efecto, el mejor resultado, cierto tipo de maderas, cortes, y el uso del color. Llegué a organizar el color con la influencia del cuarteto de Bethoven. El cuarteto son cuatro voces muy características, yo quería caracterizar cada tinta, no una tinta cualquiera sino una tinta especial, que daba un matiz cromático muy específico, casi matemático. Por ejemplo, usar de base el negro, luego agregar el azul, el rojo y luego el amarillo. Aclarando de negro a blanco, llegué a hacer un grabado de cinco placas, que incluía una placa blanca al último”.

El camino a la escultura

“Mi interés por la madera nace casi jugando, desde niño, con juguetes. Mi extracción es muy humilde, las leyendas de Santa Claus no funcionaban porque no habían regalos de ese tipo. mi papá me hacía mis juguetes, ese era un sustituto mejor que los regalos. Eran toscos, mi papá me enseñaba como tallarlos, él tenía algunas herramientas de carpintería porque fue talabartero.

“Por principio, dedicarme a las artes fue por liberación. No tenía manera de sobrevivir si no hubiera sido por eso, tampoco ha sido la panacea. Me salvó de una crisis depresiva tremenda, de casi el suicidio; a través del trabajo logré canalizar muchas angustias, las ansiedades normales de la adolescencia. A cierta edad empieza otra angustia, la de que realmente no puedes vivir exclusivamente de tu trabajo, en mi caso no hay un éxito económico, pero de todos modos esa es mi forma de vida, es como respirar, transpirar.

“En 1968 y 1969 estuve en San Carlos, hasta entonces fue disciplina, la búsqueda, el averiguar las técnicas. Regreso a Chiapas de 1970 a 1980, trabajo mucho como retratista y grabador. En 1980 retorno a México, es cuando comienzo a aprender más técnica, la escuela no me sirvió de gran cosa, tuve que aprenderla en la calle. Cuando he tenido oportunidad de trabajar con artesanos, he complementado mi técnica, porque yo no llevé clase de escultura nunca. Cuando estuve en San Carlos, llevé clases de pintura. La escultura fue al volver al DF, para trabajar una obra seria; al trabajar piezas grandes, me di cuenta que tenía intuición, pero no gratuita, porque antes había tenido mucho contacto con la madera. Arpendí de personas que no se propusieron enseñarme.

“Ha sido muy azaroso. En un principio, no tenía un concepto de la escultura, no tenía intenciones de hacer escultura, sino de establecer una especie de paralelo con el modelo natural. Lo figurativo me seduce, por eso no puedo dejarlo hasta la fecha. Pretendía establecer un sustituto del cuerpo humano, por una pieza de madera. Buscaba tipos de madera que tuvieran características próximas al humano; por lo mismo, trabajaba piezas completas, torturadas pero completas. A través de la experiencia y otra serie de cosas, se me fueron dando algunas mutilaciones, agregados, combinaciones entre el acabado natural de la madera y el que tiene una piel. La escultura como la sugerencia de la permanencia”.

El discurso de la madera

“El árbol tiene su propio qué decir, su propia expresión. No es humano, pero es un ser vivo; se mueve tan despacio que no parece. Planta quiere decir lo que no se mueve, pero sí se mueve. De hecho, la corteza tiene ojos que perciben la luz, tiene percepción y registros, sensibilidad en las hojas. Los árboles son testigos -imagínate todo lo que ven-, perciben cosas que nosotros no podemos ver porque nuestro movimiento es muy rápido y además morimos pronto. Un árbol puede registrar una gran cantidad de datos.

“El contacto con la madera me sugiere la idea de la piel, más en escultura que es exactamente el equivalente. Mis consentidas de plano son el cedro, la caoba, las maderas oscuras, el palo fierro. Cuando decidí hacer escultura vivía en la Ciudad de México, que tiene de característico la convergencia de todos los estados, Guerrero, Veracruz, Querétaro, y otros estados del centro. Llegué a conseguir madera de toda la república. Hay personas que me llegaban a obsequiar un trozo de madera, algunos con nombre y otros sin nada.

“Al trabajar me enfrento con el trozo de madera que no dice nada o que tien su propio discruso. Es cuando tienes que colarte. En el caso de trabajar troncos hay que inmiscuirte, involucrarte en el discurso de la madera, no es lo mismo que trabajar madera en barrote (cortada, cuadrada) que viene siendo como trabajar sobre un bastidor, es algo ya preparado para que tú des rienda suelta a tus instintos. En la mayoría de los casos trabajo sobre troncos; es como subirte a un vehículo en movimiento, tienes que esperar el momento adecuado para subirte, porque si no te subes bien, no logras impulsarte; tienes que coincidir. Me baso en la disciplina, me interesa tener el apoyo técnico, cómo trabajar el material para que produzca el efecto que queires. A veces el material te sugiere cosas que no tienen que ver con el tema, pero que son muy interesantes. Es una aventura la búsqueda, en cada obra la madera produce ciertos efectos y tú vas más o menos conduciéndolos”.

Grabados y esculturas

“En ocasiones he escrito sobre mi obra, no se me da con facilidad pero sí me gusta. Aquí, en Chapas, hacía la presentación para algunas de las exposiciones, porque no había quien me las hciera. En México ya es un poco más sobre pedido, de plano te preguntan qué piensas.

“Entre 1970 y 1975 hice apuntes de paisajes, es una especie de diario. El ejercicio de ir a un lugar a pintar lo mismo todos los días. El resultado no es el mismo siempre, era un estudio del lugar. Ese material lo fui guardando, se fue desapareciendo porque me cambié de casa; de repente, estaba en manos insospechadas; he vuelto a encontrarlo y es una sensación como si encontraras cartas que escribiste hace muchos años. Ahí consignaba una serie de datos acerca de las vivencias diarias: la sensación de ver un circo de quinta o sexta, de esos que no tienen carpa, que nada más tienen una cortina alrededor, pero visto desde una loma de distancia, en la que tú nomás alcanzas a oír el bullicio de la gente, pero no desde la miseria del circo, sino desde el sol de la tarde, es muy bonito.

“Tengo una pieza que se llama Yacente, es un personaje tallado en madera, de caoba, con un catre (salió en una portada de la revista Sinapsis). Esa pieza, sencillamente está ahí, en reposo, no necesariamente tiene que estar muerta, ni dormida, ni desmayada, es un ser humano, el valor de la cita es simbólico. Ahora estoy trabajando proyectos de obra pequeña, de 50 centímetros de largo más o menos, incluyendo otros materiales además de la madera que normalmente uso.

Venta y censura

“lo poco que produzco como encargo, entre amigos o conocidos, lelga a precios bajos porque lo que cobras generalmente es un símbolo nada más. Los galeros siempre resultan con que quieren obra que puedan colgar delante de la suegra, la mamá o la abuelita, más ligerita, no cargada de esas cosas erótica,s por eso no puedo trabajar con galeros, generalmente trabajo independientemente. Normalmente mi producción depende de las propuestas de iniciativas más o menos institucionales, como la semana cutural gay -no es una institución, pero es una instancia no comercial-, donde vuelco lo más erótico de mi trabajo, pero no necesariamente se vende.”

“En Monclova, Torreón, se censuró Sedente, un personaje sentado, sin cabeza y erecto. La obra se expuso primero en México, en el Museo de Arte Moderno y pasó digamos desapercibida; hubo un catálogo y se decidió que dicha selección hiciera un gira por Torreón y Monterrey. Se llevó la obra a Monclova y dos amigos, Toño Nava y Blas Galindo, vieron que hacía falta mi obra. La encontraron escondidísima en una bodega, la sacaron y como ya estaba lista la museografía y no había otro lugar, la pusieron en la entrada de la exposición. La directora puso el grito en el cielo, que le iba a costar el empleo y la volvió a retirar, así que de todos modos se inauguró sin mi pieza. Tampoco distribuyeron el catálogo, pues habían propuesto arrancar la página de mi obra. Los demás participantes protestaron, diciendo que varios retiraban su obra si no se incluía la mía; total, que los últimos tres días se incluyó la pieza y no pasó nada. Generalmente el que censura le tiene pánico al público y el público es más bonachón de lo que uno piensa. Generalmente lo más que hacen es reírse.

“En la casa de cultura México-Japón, en la Ciudad de México, me invitaron a una colectiva sobre Carmina Burana: cantos clandestinos profanos, generalmente eróticos, que usan frases bíblicas o litúrgicas para referirse a cosas que por resultado o por oposición resultan obscenas. Yo presenté un personaje que se lame el pene, un autofellacio, el sueño de todo hombre. La entregué y aparentemente le gustó al director, a los tres días me llamó para que fuera a recogerla porque no se iba a exponer. Te ves expulsado sin razón; ellos propusieron el tema. Carmina Burana se refiere a la libertad sexual, ¿cómo es posible que te censuren por abordar el tema que te están proponiendo? Manrique escribió en el periódico, esto fue por el 87. El director me habló otra vez para decirme:

“-Ya me tocó el periodicazo, traéme tu pieza, sí se va a exponer.

“Su argumento fue que en ese lugar llegaban nios, los niños comprenden, es mentira que son inocentes, saben muy bien lo que es el sexo desde chiquitos, afortunadamente ya existe educación sexual. Los que tienen problemas son los papás que no saben qué cara poner delante del niño que está hablando de sexo. Lo que está mal es la mentalidad de esta gente.

Dos veces Premio Chiapas

“El maestro Alaminos me hacía mucha broma acerca de que soy el único al que me habían dado dos veces el Premio Chiapas. Fue muy chistoso. Recibí uno por los años 73-75. Hubo cierta discusión sobre si lo merecía o no, se llamaba Premio Chiapas de Arte. Pasó el tiempo y cuando le dieron el premio a Fredy Álvarez, dieron la costumbre de poner el nombre de los Premios Chiapas en el Teatro de la Ciudad, y alguien vio que mi nombre no estaba ahí, averiguaron y se dieron cuenta de que yo no era Premio Chiapas. Entonces volví a recibirlo en 1991, tuve hasta que hacer discurso de agradecimiento”.

Premio Rodin en Japón, 1989

“Me ofrecieron participar en ese concurso, mandaron mi domicilio a Japón y yo comencé a trabajar sin conocer la convocatoria. A los tres meses tenía la obra casi terminada, llegó la convocatoria y decía que la obra tenía que ser de tres metros de altura mínimo, de materiales duraderos porque era para intemperie; me mandaban las alturas a que llegaba la nieve, las temperaturas máximas por el verano. Entonces escribí para decirles que no podía participar, porque la obra que había terminado, Cautivo, era de 1.50 metros, en talla en madera, les envíe fotografías y dibujos de la obra. Al poco tiempo recibí una carta donde me decían que qué bueno que estaba preparandome para el concurso e hicieron caso omiso de mi declinación. Me dijeron que les gustó la obra y querían la enviara, ya habían contratado la compañía transportadora. Me la tendieron en bandeja de plata, estuvo fantástico. Como al mes, me mandaron el premio”.

Referencia: 

  • Aggeler, Iris. (3 al 9 de agosto de 1998). El arte me ha salvado de crisis tremendas, de casi el suicidio. Entrevista con Reynaldo Velázquez. Este Sur. Chiapas. No. 194. Año 5. pp. 5, 31 a 38.

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<3 Mayor información de la mención de Ra’al Ki Victorieux en los medios de comunicación, en los siguientes links: https://atmaunum.com/raal-ki-victorieux-2/menciones. https://atmaunum.com/category/acervo/mrkv-news/ 

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