La frase de Baudelaire «la rareza es una de las partes integrantes de lo bello», es una profesión de fe congruente con el movimiento expresionista. Eros representa la pasión sexual o amorosa que tanto puede elevarnos a la divinidad revelando abundancia y sabiduría o perturbarnos irracionalmente con energícas y carnales energías. Eros; incendiario dios del amor, del erotismo, del goce sensual, poseedor de un encanto de ángel y demonio. Eros, joven que aumenta el deseo, recorre el territorio del expresionismo expresando su fuerza a través de diversas obras. Representa el placer de la belleza sensual. Cada periodo en la historia del arte ha tenido una forma particular de conceptuar la belleza, para el expresionismo la belleza se encuentra cercana a la deformación, que es uno de los rasgos esenciales de dicho movimiento a fin de reforzar la expresividad.
Entre 1985 y 1990, durante el primer periodo expresionista, Gauguin, uno de los precursores, pinta «El Espíritu de los Muertos Vigila«, obra de 1982. Qué pintó es diferente a cómo lo pintó; en este caso, Eros aparece en ambas cuestiones. Comenzamos por analizar el qué pintó Gauguin: Retrata una muchacha tahitiana y la sombra de un espíritu. Ella se encuentra desnuda, acostada boca abajo sobre una mullida cama decorada en azul con flores en amarillo, y con sábanas blancas. La mujer es joven, morena, de silueta atractiva y tiene una cabellera negra, ondulada y larga. Su mirada observa al espectador, quien puede admirar sus pies cruzados, piernas y nalgas, la línea de la espalda, hombros y ambas manos que enmarcan su rostro. Analizando el cómo fue que el autor realizó la imagen, Gauguin resume: «La parte musical: líneas ondulantes horizontales, armonías en naranja y azul, fundidas con amarillo y violeta, con manchas verdosas para darles vida.» Gauguin usa el adjetivo «musical» porque la música es la apreciación más sutil y abstracta de la naturaleza, compuesta de ritmos y armonías aunque prescinda de argumentos. La composición pictórica es musical; la manera de ubicar la silueta femenina en el espacio, la voluptuosidad con que se trabaja la línea y las formas, así como los decorados, generan una atmósfera erótica en la obra.

El segundo periodo expresionista en 1905 con «Die Brücke«, Rouault, algunos fauves franceses y el Picasso de la época azul y negra nos ofrece «Desnudo acostado«, obra realizada en 1904 por Kess Van Dongen, expresionista flamenco miembro de «Die Brücke». Una mujer reposa con las piernas semiabiertas al espectador, descansando su torso sobre unos cojines. Muestra deshinibidamente su desnudez. El cuerpo es la parte más llamativa y luminosa del cuadro, es prácticamente de color amarillo paja, con sombras en verde y delineado en rojo. La modelo está sentada en un piso gris con sombras azules, los muros de la habitación también son grises. Dicha atmósfera gris contrasta y permite destacar el cuerpo luminoso que se ubica en lo que parece ser una colchoneta o cojines de colores cálidos. El espectador se encuentra con las piernas femeninas abiertas aproximadamente noventa grados, el pubis, el ombligo, los senos de colorados pezones, los brazos relajados y la barbilla de la modelo… Van Dongen maneja con destreza colores vivos y en pasta. Valdemar Gorge opina que la influencia de Van Dongen contagió a los pintores la afición por el erotismo. Retratista cruel, sus modelos parecían encantados. Se comentaba que el retrato de Anatole France parecía un queso camembert derritiéndose. Sus retratos ¿ponen el acento sobre la descomposición social, o sobre la energía primordial que es el deseo, libre de convenciones racionales, y cercana a lo táctil y sensorial?
Georges Rouault, expresionista católico obsesionado con el pecado y la soledad, pinta el horror de la prostitución. Las medias negras y los ligueros contienen carnes que parecen encontrarse en putrefacción. En otras pinturas, la puta parece un personaje de madera, una marioneta, lo que nos invita a reflexionar en cómo el deseo puede mover hilos que nos esclavicen. Desde Munch hasta Rouault, los pintores expresionistas marcan un periodo en el cual la imagen de la mujer y del mundo en general, es deformada y descompuesta para expresar con mayor intensidad diversos estados simbólicos, estéticos, como la locura, la muerte, el deseo, la lujuria, etc.
La tercer etapa expresionista sucede entre 1910 y 1930 con el expresionismo alemán y vienes, así como con las propuestas de Chagall, Soutine y Modigliani en París. Podemos mencionar al francotirador Emil Hansen Nolde, con «Bailarinas en las velas«, obra de 1912. Nolde fue parte del expresionismo alemán, estilo que vivió un ambiente de terror y esperanza, mesianismo, rebelión, y grito. Esta obra violenta presenta dos bailarinas en una frenética danza. Contonean su cuerpo agitando faldas amplias, torsos de senos desnudos y largas cabelleras oscuras. Sus pies descalzos tocan y se alejan del suelo cubierto de cera derretida y velas con flama. Los cuerpos femeninos se tiñen de rojizos tintes; el escenario es una atmósfera de vivo rojo encendido con acentos naranjas. Las pinceladas son agresivas, de trazos robustos, enérgicos. Nolde se preocupa poco de la anatomía o proporciones reales, y destaca la expresividad del color y el gesto a través de la pincelada. El pintor toma al pie de la letra el erotismo bíblico, sin embargo, sus cuadros místicos fueron considerados sacrílegos.
Entre otras fuentes de inspiración del expresionismo hay que recordar el psicoanálisis de Freud, con sus referencias a la sexualidad, lo que debió producir fuerte impresión en los jóvenes artistas alemanes. Es importante evocar también la sensualidad glotona de las obras de Picasso, con emoción desencadenada, extravagancia e inquietud vital. «Las Señoritas de Avignon«, obra de 1970, presenta jóvenes que se dedicaban al trabajo sexual, de igual forma que las modelos de Rouault, Lautrec y Pascini, gestores del movimiento expresionista que anticipa el cubismo. Picasso inaugura el cubismo después de atravesar sus periodos rosa y azul, y de redescubrir el arte de África.
Es importante mencionar también que muchos artistas expresionistas fueron víctimas de la censura nazi; denominados «artistas malditos» sus obras y ellos fueron objeto de una feroz persecución. Otto Dix, Rohlfs, Hofer, Pechstein, Schmidt, fueron expulsados de las academias, y sufrieron el destierro, así como la destrucción de sus obras. Más de mil telas de Nolde fueron retiradas de museos, colecciones privadas y galerías. A muchos se les prohibió pintar o exponer.
En el expresionismo ronda la locura, la santidad, el heroísmo, la denuncia, el erotismo, lo primitivo de las emociones y la «civilización». El santo aquí es un diablo gemelo o amante de ángeles y diosas caídas. Eros es una hechicera que enloquece a los mortales y los seduce para que la inmortalicen a través de furiosas pinceladas. El expresionismo y sus frutos tienen valores de intensidad que han trascendido la persecución y el tiempo, se nos presentan hoy en día para hacernos recordar, ampliar nuestra visión y hacernos reaccionar.
Gracias. Bendiciones de Amor, Gracia y Trascendencia
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