Te brindamos una meditación para sanar del trauma de la violación o el abuso sexual. Bendiciones.
Muchas personas han sufrido una violación cuando niños o en la edad adulta, en esta vida o en una pasada. La persona puede experimentar vergüenza, sentirse sucia, rota, incluso culpable. Sus amigos, familiares o las autoridades correspondientes podrían re-victimizarla al dudar de su testimonio, insultarla, culpabilizarla, etc. Algunas víctimas podrían convertirse en violadores de otros como una derivación del trauma. El dolor y la pena que experimentan puede hacer que no se atrevan a pedir ayuda para su sanación, sin embargo es necesario que reciban ayuda profesional a fin de que logren remontar la situación.

Una de las formas de suavizar el trauma es la meditación. Inicia por pedir ayuda y protección espiritual. Respira profundamente. Imagina que estás protegido, seguro. Si gustas, puedes imaginar que una cobijita te cubre, calentita y suave. Es una manta o rebozo de tu color favorito, y te mantendrá seguro en el viaje. Ahora desciendes por un elevador que te llevará diez pisos hacia abajo, hacia tu inconsciente, donde podrás encontrar a tu niño interior. Presiona nivel 10 en el elevador, y desciende… Deja ir tus pensamientos… 9, 8, 7, cada vez te sientes más relajado… 3, 2, 1… Has tu respiración más suave, lenta, profunda…
Al abrirse la puerta te encuentras en una playa, sientes la brisa en tu piel, escuchas el rumor de las olas, estás seguro, y nadie te molestará en este lugar. Encuentra un lugar cómodo para sentarte y observar las olas. Ahora, invita a tu niño interior, o a la parte de ti que sufrió el abuso, a encontrarte contigo y conversar. Observa el mar, y podrás ver que una parte de ti que necesita conversar contigo y sanar, se acerca a ti. Agradece que venga a encontrarte, abraza esta parte de ti y cobíjalo en tu manta, la cual se hace lo suficientemente grande para cubrirles cómodamente. Dile que has llegado a ayudar. Preguntas ¿Cómo estás, cómo te sientes con mi vida, que es la tuya? Escucha lo que te comparte. Muy bien.
Ahora le dices, que te gustaría que recordará cómo fue molestado, y cómo se sintió justo después de eso… Puede ser que te lo cuente con palabras, o que puedas encontrarte como observador, testigo. Tienes la fuerza para sanar esta herida, estás calmado, no habrá peligro ni dolor. Sólo te podrás ver el momento como una imagen externa a ti, y también te observarás después de la situación, cuando estabas solo y necesitando cariño. ¿Listo? Observa el espacio, si es interior o exterior. Recuerda que tienes todo dentro de ti para sanar. Abrázate, permanece junto a esa parte de ti que necesita consuelo. Dile que lo amas, y que todo va a estar bien. Dile que no hizo nada mal, y que lo amas. Dile que no merecía lo que le sucedió, y que lo amas. Dile que no está roto, que tú lo amas. Todo va a estar bien. Dile que lo amas, lo protegerás y lo mantendrás seguro. Abrázale y dile al oído: —Te amo, te protegeré y te mantendré seguro. Estoy aquí, no estás solo.
Ahora, pregúntale ¿Cómo esta experiencia ha afectado a tus relaciones?, ¿cómo ha influido en tu capacidad de disfrutar la sexualidad? Muy bien. Continúa conversando, ¿cómo este incidente ha influido en tus relaciones amorosas? ¿Cómo este incidente o estos incidentes afectan tu autoestima? Escucha con paciencia, se comprensivo. Dile a esta parte de ti que lo están haciendo muy bien. ¿Te puede explicar si hay una parte de tu cuerpo en la que cargas el trauma? Ahora pregunta ¿cómo esto afectó tu cuerpo y tu salud? Lo estamos haciendo muy bien. ¿Recuerdas a la persona, o personas que te hicieron esto? Pregunta, ¿qué les hizo hacerte esto?, ¿tal vez esa persona también fue violada? Respira profundamente. ¿Fue algo personal? ¿Tenías un karma del pasado, de víctima o de perpetrador relativo a la violación? Muy bien.
Ahora, es tiempo de expresar su ira o frustración. Es completamente seguro, nadie les va a molestar más. Eres un adulto ahora. Sólo motiva a esa parte de ti que fue violentada a expresar su enojo, a moverse, gritar, insultar, escupir a esa persona o personas que le hicieron eso. No lo reprimas, déjalo ir, es tiempo de hacerlo, ahora estas seguro. Exprésalo, si es necesario golpea una almohada. Respira profundo. Déjalo ir. Ahora, deja de pelear con la oscuridad, y simplemente disuelve todo al abrazar la luz. Intenta perdonar a esta persona. No es que al perdonarle le liberemos de su retribución kármica, es sólo que no quieres ser la persona que lo haga. No estás buscando una venganza personal, y dejas ir el odio para no tener que reencarnar con esa persona de nuevo. Deja ir todo lazo o contacto con esa persona. Afirma: —Te perdono y te dejo salir de mi vida. Amén. —Tal vez te sientes más ligero cuando esto sucede. Repite la afirmación: —Te perdono y te dejo salir de mi vida. Amén.
Solicitamos la presencia de los maestros espirituales, y principalmente de la Virgen María, y le pedimos que nos remueva cualquier bloque de emociones negativas o trauma de nuestro cuerpo físico y energético. Ella sabe cómo hacerlo. Tú también sabes dónde te duele, y trabaja con ella. Muy bien. Por favor que limpie nuestro corazón, que ponga sus manos alrededor y retire todo el dolor y la desconfianza, para que podamos amar de nuevo, tener amor en nuestra vida. Amén. Pedimos por favor que también remueva toda la ira, el miedo de nuestro abdomen, ahora. Amén. Preguntamos si aún existe alguna conexión energética con la persona que nos molestó. ¿Cómo esto nos afecta en el presente? Pedimos a la Virgen que por favor remueva cualquier conexión con quien nos agredió. Eso se siente bien. Solicitamos que cualquier implante o remanente de energía que aún tenemos en el cuerpo, sea también retirado de nosotros. Amén. Solicitamos que cualquier parte del alma que no pudo tomar el dolor, la humillación del momento de la agresión, que esas partes del alma sean purificadas y puedan por favor regresar e integrarse a nosotros. Amén. Probablemente percibes energía que regresa a ti, recíbela. Te sientes más completo. Pregunta ¿cómo tu vida va a ser diferente ahora después de esta sanación? Abraza esa parte de ti, y agradece por su colaboración en esta purificación. Pregunta ¿cuándo quieres que hagamos otra sesión?, ¿en una semana, en unos días? Bien, es posible que se requieran varias sesiones.
Ahora es momento de jugar. Conviértanse en águilas, tú en un águila, tu yo más joven en otra águila. Vuelen por la playa, vuelen alto, y tengan una linda vista. Vuelen y hagan unos círculos, y diviértanse, y tal vez hagan vuelo libre, vueltas. Tal vez descienden rápido a las olas, y luego suben al cosmos, al espacio, a visitar las galaxias. ¡Muy bien! Pregunta ¿qué es lo que encuentras realmente divertido en tu vida? Tal vez puedes hacerlo con mayor frecuencia. Ahora pregunta si hay algo que le gustaría que tú hicieras, ¿cuál sería esa cosa que le haría feliz? Pon atención, tal vez lo puedes hacer. Construye una relación. Puedes seguir volando cuanto quieras.
Es momento de volver a tu cuerpo, respirar profundamente, descender a la tierra. Abrazarse. Puedes preguntar a esta parte de ti, si quieren quedarse en el mar de tu inconsciente o si quieren entrar en tu corazón y en tu cuerpo. Lo que desee, hazlo ahora. Regresas al elevador y este asciende, cada vez más alto. Mientras más asciende, más despierto te sientes. 5, 4, 3… Empiezas a mover tus dedos, a estirarte. Ahora estás despierto, en tu cuerpo, y recuerdas todo lo sucedido, lo puedes integrar, y liberar el trauma. También es bueno que tomes mucha agua para desintoxicarte.
A través de la realización de la meditación con frecuencia, el trauma se irá liberando paulatinamente. Recuerda que no es tu culpa, y que este mundo es mejor con tu luz.
Bendiciones de Amor, Gracia y Trascendencia
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Gracias.
Esta Meditación es parte del libro «XIX. Esfinge Solar. Memorias de Vamp Iris Atma Ra; Mujer & Romance», de Ra’al Ki Victorieux. Puedes adquirir el libro aquí.