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Sociedad Mexicana Contemporánea

@1tm122n22m Atma Unum

Descubre la evolución del arte mexicano del siglo XX en la publicación de Sociedad Mexicana Contemporánea 🎨 Influencias del muralismo, movimientos estudiantiles, arte urbano y más. ¡Una mezcla heterogénea que refleja la identidad mexicana! #ArteMexicano #IdentidadCultural 🇲🇽 https://wp.me/p3JLEZ-5IQ

Reproducimos un fragmento (pp. 81 a 88) del libro de texto Sociedad Mexicana Contemporánea en la que se menciona una publicación realizada por Master Ra’al Ki Victorieux (Iris México), así como su labor como artista. Esto forma parte del proceso de digitalización del acervo de Atma Unum. 

Sociedad Mexicana Contemporánea. Atma Unum
Sociedad Mexicana Contemporánea. Atma Unum

Sociedad Mexicana Contemporánea

El arte mexicano del siglo XX tiene como pilar fundamental al muralismo, una de cuyas intenciones era fortalecer la identidad nacional del mexicano, como inte­ grante de un mismo pueblo y en torno al Estado que recientemente se constituía; pero también se requería legitimar el sistema político que regularía la vida nacional, así este tipo de expre­ siones sería impulsado por las mismas instancias gu­bernamentales. Entre los muralistas se reconoce a Diego Rivera, quien pintó el “Paisaje zapatista”, “La molendera”, “Sueño de una tarde dominical en la Alameda central de la Ciudad de México”,asícomomura­ les al interior del edificio sede de la Secretaría de Educación Pública, en el Palacio Nacional y la Escuela Nacional Preparatoria, entre otras localidades; a Da­ vid Alfaro Siqueiros cuyas obras más importantes son: “Cuauhtémoc contra el mito”, “La marcha de la huma­ nidad” y “El pueblo a la Universidad y la Universidad al pueblo”, sus murales más destacados son los del Museo Nacional de Historia, del Polyforum Siqueiros y del Palacio de Bellas Artes; y a José Clemente Orozco, que hizo “El hombre en llamas” y “Omnisciencia” así como importantes murales en el Tribunal Supremo de México o en la Universidad de Guadalajara.

El nacionalismo expresado tanto en el muralismo como en otras manifestacio­ nes artísticas fue perdiendo fuerza a lo largo de los años. La alusión a la Revolución comenzaría a borrar aquellos elementos que recordarían la reconstrucción del país y los mexicanos comenzaríamos a ser representados como iguales. Se dejarían en el olvido algunos sectores de la sociedad mexicana, como los obreros, los campesi­ nos y los indígenas. Este tipo de expresiones comenzarían a compartir el escenario con otras hasta fines de los años noventa, principio del año 2000, que resurgiría una tendencia llamada neo­nacionalista.

En los años cincuenta apareció una corriente conocida como “La mafia” o “La ruptura”. Esta corriente se alejaba de la mirada nacionalista para integrarse en una visión cosmopolita basada en las nuevas líneas artísticas que se comenzaban a producir en el mundo. Artistas como José Luis Cuevas, Héctor Xavier o Rafael Coronel buscaron, a través de obras expresionistas y desde una perspectiva indivi­ dual, plasmar ideas políticas/marxistas/nacionalistas.

A finales de esa década y los primeros años de los sesenta, surgió el abstraccionismo informalista nacionalista. De esta corriente se rescata la obra de Lilia Ca­ rrillo, Manuel Felguérez y otros artistas, quienes utilizaban una técnica de abstracción expresionista, informal. Pero también se puede mirar la obra de Ar­ nold Belkin y Alberto Gironella, a los que se les conoce dentro de la corriente de la nueva figuración. Son líneas que se estarían alejando de las tendencias nacionalis­ tas pero que seguirían teniendo como eje de reflexión a la identidad mexicana y estarían ocupando los reflectores del debate nacional frente al grupo de los mura­ listas.

Más información en… Si te interesa saber más sobre el arte mexicano en estas corrientes, consulta el artículo de Iris México: “Abstracción informalista, Nueva figuración ¿fresa y obediente?”. Disponible en: <http://esp. mexico.org/lapalabra/ una/16610/ abstraccion-informalista- nueva-figuracion-fresa-y- obediente> [Consulta: 08/06/2012].

En la década de los sesenta, en diferentes países se dio una efervescencia de movi­ lizaciones encabezadas primordialmente por estudiantes, como la Primavera de Praga o el Mayo Francés y el movimiento estudiantil de México en 1968. A la vez, en Estados Unidos comenzaron a gestarse nuevas maneras de expresión por parte de los jóvenes, primero fue el rock and roll como una forma de protesta pacífica que se oponía a la presión de una sociedad tecnificada, súper competitiva, deshu­manizada y consumista; posteriormente, los hippies que se opondrían a la guerra de Vietnam y pondrían en duda la figura de los adultos como la encarnación de la autoridad.

Sin duda, estas diferentes expresiones, en donde los jóvenes buscaban ocupar un lugar activo dentro del devenir de los acontecimientos, tuvo una fuerte influen­cia en la vida cultural de México. Fue una influencia de las nuevas ideas que se gestaban en el mundo y que llegaron por diversos medios, en donde los medios de comunicación de masas permitían una mirada sumamente regulada por el gobier­ no de las expresiones y acontecimientos en el mundo, pero que fueron comple­ mentados por los medios alternativos (desde las cartas y anécdotas de viajeros, hasta los libros y discos que llegaban a México de manera underground). Esto tuvo repercusiones no sólo en las ideas que defendieron, políticamente hablando, los estudiantes del 68, sino también en la conformación de nuevas identidades juveni­ les y en la producción artística a lo largo de la década de los setenta.

Sin embargo, la conformación de las nuevas identidades juveniles mexicanas no se daría por una asimilación “ciega”, sino que ésta sería una adaptación de las ideas extranjeras a las circunstancias que se vivían en México, por ejemplo, los jó­ venes punks se identifican con las clases trabajadoras de México y muestran un desencanto con el sistema político. Frases como “ni dios, ni amo” o “no hay futuro” son dirigidas no sólo contra la figura de autoridad sino que además desconocen a las estructuras estatales. Se relacionan también con una idea que plantea una sociedad sin reglas o leyes, pero tam­bién con los darketos, que se manifiestan en luto por una socie­dad que se encuentra en estado de putrefacción.

Esta gama de “estilos” juveniles que se comienzan a presentar en la población también tiene repercu­siones en el ámbito artístico. Hasta el momento se ha hablado de las corrientes artísticas más importan­ tes en el siglo XX mexicano, y se de­ cía que hasta cierto punto los artistas guardaban una relación es­trecha, que podía ser en apoyo o crítica, con o a las instituciones gubernamentales. Ahora, una de las primeras ca­racterísticas de las nuevas expresiones artísticas de las identidades juveniles es que éstos se consolidan en agrupaciones y no hacen producción de carácter individual; también, el contenido político de las obras es explícito y tiene como objeto cambiar la situación política y social de México y del mundo en general; particularmente, de México que vivía un momento marcado por autoritarismo político, crisis, des­ igualdad social, entre otras cosas. A estas agrupaciones se les conocería como “no oficiales” pues dif ícilmente obtendrían algún apoyo gubernamental, pero también porque ideológicamente estarían en la posición de rechazar cualquier apoyo del gobierno.

Debido a que las agrupaciones “no oficiales” se forman a partir de las visiones que fundamentan a las nuevas identidades juveniles, éstas no guardarían una mis­ ma tendencia artística, ni defenderían una misma línea ideológica. Pero sí tendrían en común la idea de trasladar las expresiones artísticas desde un lugar formal, como serían los museos o teatros, a espacios abiertos, como la calle. Por lo gene­ral, el trabajo de estas organizaciones busca explorar las técnicas de la pintura, la escultura, el teatro y la fotografía, entre otras, que les permitan expresar la manera en que ellos observan la realidad mexicana. Como representantes de estas agrupa­ciones se pueden encontrar Tepito Arte Acá, Suma, el Taller de Investigaciones Plásticas (TIP), entre muchos otros que aún siguen haciendo representaciones ar­tísticas en diversas expresiones (teatro, pintura, escultura y otras).

La otra cara de la moneda, el arte oficial durante la última parte del siglo, estaría representada por artistas como Sebastián que dan continuidad a las líneas esta­ blecidas por la “Ruptura”, pero ahora lo harían a través de la escultura, con trazos guiados por la abstracción geométrica. Estos exponentes trabajaron de manera individual y se le reconoció como el arte “oficial”, pues estos artistas tendrían un fuerte apoyo por parte del Estado.

En la década de los ochenta los artistas nueva­ mente vuelven a apostar por hacer un trabajo indivi­ dual dejando de lado las expresiones colectivas. Esto no significa que los grupos mencionados antes se hayan desarticulado, más bien los nuevos artistas trabaja­ rían de manera paralela y solitaria. La propuesta se inspiró en las corrientes dadaístas y surrealistas por lo que adquirirían el nombre de neodadaísta y neosurrea­lista. El dadaísmo se fundó en 1916, en Zurich, y fue una respuesta contra el militarismo y el realismo, con una actitud revolucionaria y transgresora. En México, al surrealismo también se le conoce como realismo mágico. Entre sus representantes más destacados es­tán Leonora Carrington y Remedios Varo, dentro de la pintura, pero también Luis Buñuel, en el cine, entre otros.

La línea nacionalista tomaría ahora un nuevo em­puje bajo el epíteto de neonacionalismo. En éste se trabaja un tipo de figuración que retoma los ideales mexicanos, con acento dramático, humorístico, y don­de se trata de expresar lo satírico de la vida cotidiana.

En esta nueva línea nacionalista existe una vena barroca de carácter ornamental. El también conocido como barroquismo rescata los estilos introducidos por los espa­ ñoles al momento de la Conquista y durante la Colonia, esto le brinda cierto aspec­ to que se entremezcla con estilos de corte étnico.

Entre los representantes más destacados de estas corrientes se puede ubicar a José Luis Cuevas, Julio Galán, quien tiene obras expuestas en el Colegio de San Idelfonso, y a Enrique Guzmán Villagómez quien pintó la obra titulada “El deseo entró por la ventana” y algunas otras piezas que se exponen en Aguascalientes, entre otros artistas.

En la década de los noventa se comenzó a desarrollar la corriente conocida como nueva objetividad o pos­ conceptualismo. Los artistas conceptuales reconocen que sin objeto no se puede hacer arte. Esta corrien­ te tiene una veta conocida como el cutting-edge, que significa cortando el borde o en el límite, y que consiste en aplicar la noción de “conceptual” al límite, por ejemplo, la obra de Gabriel Orozco en la que expone una caja de zapatos, blanca y vacía.

El realismo es la for­ ma de presentar o consi­derar las cosas tal como son. El realismo también es una doctrina filosófica que afirma que los ob­jetos percibidos por los sentidos tienen una exis­tencia independiente del propio ser que los perci­be. En el campo del arte, el realismo intenta cons­tituirse como una imita­ción fiel de la naturaleza. Realismo, por último, es aquella opinión o doctrina favorable a la monarquía.

Actualmente la corriente que predomina es la llamada hipermodernidad, que tiene como base filosófica la idea de que el posmodernismo sería la tercera etapa de la modernidad y cuya función es describir la globalización que caracteriza a la rea­lidad mundial. En el hipermodernismo no se descarta la mirada cosmopolita pero se recobra la ética y el sentido de la visión a futuro, dentro de esta corriente se con­ templa la generación de redes de información. Aquí los medios de comunicación han dado un vuelco pues, con las nuevas tecnologías, los habitantes del mundo ya no son sólo receptores, sino que también se vuelven emisores de información por conducto de las relaciones vía Internet.

Los representantes mexicanos más conocidos son Fernando Llanos, quien se dedica a la producción audiovisual y que es autor de la obra “Conciencia Concén­trica”; Arcangel Constantini que experimenta con las artes electrónicas de la Red, con sonidos y diferentes elementos considerados como parte de la vida cotidiana del Distrito Federal; Lorena Méndez que apuesta por el performance en el que se pone en tensión la vida cotidiana y sus símbolos, a partir de esto, Lorena busca re­ gistrar lo que ahí acontece con su propia obra, con los espectadores; e Iris México, que relaciona los elementos populares, mediáticos y artísticos.

Performance, lite­ralmente “ejecución” o “representación”, es un arte interdisciplinario en el que el cuerpo del ar­tista se utiliza como me­ dio estético no con fines sólo de entretenimiento, sino con miras hacia un concepto o una idea. A menudo está vinculado con problemáticas polí­ticas y ha tenido un auge particularmente entre artistas mujeres. Está relacionado directamente con el surgimiento del arte contemporáneo en los años sesenta.

Como puedes darte cuenta, las expresiones artísticas muestran cómo ha cam­ biado la sociedad mexicana en la manera de concebirse a sí misma y de proyectarse hacia el mundo. Se expresa como si fuese el pensamiento de la sociedad mexicana, en donde se plasman aquellas reflexiones en torno a lo que somos y lo que vivimos como país. Parecido a cuando nosotros mismos nos preguntamos ¿quién soy?, ¿por qué soy tal como soy?, ¿por qué me gusta o me disgusta lo que se encuentra a mi alrededor?

Ya sea que vivas en una ciudad grande, o en una comunidad pequeña en una zona rural, seguramente habrás visto alguna forma de “grafiti” callejero. ¿Pero, sa­ bías que esta forma de expresión callejera ha evolucionado para convertirse en una de las formas de arte contemporáneo más importantes?

El llamado “arte urbano” es un ejemplo de una importación artística reciente. Si bien el grafiti ha existido siempre en las comunidades humanas de todo el mundo, el arte urbano en su forma actual se originó en Estados Unidos. Esta forma de arte llegó a nuestro país gracias a las muchas formas de intercambio cultural que existen entre México y Estados Unidos. Además del acceso que tenemos a la cultura popu­ lar estadounidense por medio de la televisión y la música, un factor importante en el intercambio cultural entre estos dos países es el de la migración de ciudadanos mexicanos que van a Estados Unidos en busca de trabajo.

El arte urbano mexicano ha evolucionado de su predecesor estadounidense para incluir influencias específicas de la cultura mexicana. Los artistas urbanos, como Saner y Sego, toman inspiración del movimiento inter­ nacional del arte urbano, pero también de la rica his­ toria artística mexicana, desde el arte prehispánico, hasta el muralismo mexicano del siglo XX.

Otras expresiones artísticas importantes en México han sido, además de la literatura, el teatro, la danza, la arquitectura y el cine. Todos ellos, tal como sucede con las artes plásticas, tienen un pasado directo en las ex­ presiones artísticas de los pueblos prehispánicos. Con la llegada de los españoles, sin embargo, las artes, como la misma identidad de lo mexicano, cambiaron en tan­ to que se fundieron en varios puntos con la cultura es­pañola. Como hemos visto, a lo largo de la historia del arte mexicano ha habido desde una identificación con lo español hasta un rechazo casi absoluto a la influencia de lo europeo en lo mexicano. Lo cierto es que esta ex­ presión cultural, el arte, es relevante para dar cuenta de que la identidad mexicana no reside ni en un polo (los pueblos prehispánicos, lo “autóctono”), ni en el otro (lo español, lo colonizador): ni en el pasado ni en el futuro. La identidad mexicana es una mezcla heterogénea entre esas dos razas, queda claro, pero también entre visiones de mundo, entre realidades sociales, entre visiones políticas nacionales e interna­cionales, entre versiones de la historia, entre, incluso, climas, tradiciones, géneros y edades.

El arte, con su variedad impresionante de formas, temas y estilos, nos hace ver la impresionante va­riedad de visiones del México de hoy: desde las repre­sentaciones visuales de la mitología fundacional de los pueblos prehispánicos hasta el arte contemporá­neo que se hace hoy en día, desde el teatro evangeli­zador propio de la Colonia hasta el teatro y el cine que se hacen hoy en el país, con objetivos, estilos y alcan­ces completamente distintos, podemos ver una evo­lución en la creación desde México, un México que ha cambiado junto con la identidad de los que lo com­ ponen.

Dramaturgos como Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Rodolfo Usigli, Emilio Carballido y Héctor Men­ doza y directores de escena como Julio Castillo, Juan José Gurrola y Luis de Tavira; arquitectos como Juan O’Gorman y Mario Pani, ambos colaboradores en la creación arquitectónica de la Ciudad Universitaria de la UNAM, Luis Barragán, el único mexicano ganador del Premio Pritzker, Teodoro González de León, Ri­

cardo Legorreta y Sara Topelson; cineastas de la talla de Salvador Toscano, Emilio “El Indio” Fernández e Ismael Rodríguez a Arturo Ripstein, Alfonso Cuarón, Gui­ llermo del Toro y Alejandro González Iñarritu, estos artistas, entre tantos otros, han expresado su visión del mundo y de lo humano, y a través de ello han forjado una visión histórica, también, de lo mexicano.

Referencia: 

Novoa, Abril. Franco, Eufemio. Juárez, Alma. Quintanilla, José Ángel. (2012) Sociedad Mexicana Contemporánea. Plan de Estudios de Preparatoria Abierta. Secretaría de Educación Pública (SEP). México. pp. 83, y 86.

Comentario:

En este plan de estudios para preparatoria abierta, se menciona a Iris México en dos ocasiones, la primera como autora del artículo en historia del arte “Abstracción informalista, Nueva figuración ¿fresa y obediente?”. Ese trabajo es parte del libro “Un tostón de arte mexicano”, material en historia del arte, que tuvo su primer edición en el 2005 por el INBA, México.

En el artículo se ofrece un link en desuso, ya que Iris México fue columnista de lapalabra.com, sin embargo ese era un subdominio de Mexico.com, página web que se vio envuelta en polémica con el gobierno del país por el nombre de dominio. Después de una larga batalla legal, la página cambió de manos y desapareció el contenido que había logrado con un grupo de colaboradores independientes.

Después citan a la artista como creadora de performance; “Iris México, que relaciona los elementos populares, mediáticos y artísticos.” Los elementos populares son aquellos consumidos por el más amplio público. Lo mediático son los signos prevalentes en los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, como las redes sociales, que tienen la capacidad de moldear las prácticas sociales. Lo artístico es lo que pertenece a la esfera especializada en las bellas artes. En síntesis, se establece que la obra de Iris México responde y compendia signos de las culturas híbridas contemporáneas.

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<3 Mayor información de la mención de Ra’al Ki Victorieux en los medios de comunicación, en los siguientes links: https://atmaunum.com/raal-ki-victorieux-2/menciones. https://atmaunum.com/category/acervo/mrkv-news/ 

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