La meditación es la práctica de un estado de atención concentrada, en torno a un objeto, pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.
En términos generales, para meditar en los nombres de Dios: La persona se coloca en una postura cómoda, con la espalda derecha, relaja sus músculos y su respiración, concentra en la realidad del momento presente, libera la mente de la vorágine de pensamientos relacionados con múltiples asuntos mundanos, su atención se focaliza en Dios, por ejemplo en la recitación mental o en voz alta de un nombre o sucesión de nombres de Dios.
Los nombres de Dios están asociados a las formas en que se concibe la idea de la divinidad y presentan numerosas variantes, para denominar la divinidad o el ser supremo. A continuación, se presentan diversos nombres de, invocaciones a Dios, en los que las personas pueden meditar.
Agios, Theos, Graecum, Trisagio
Agios O Theos
Liber usualis
Sanctus Deus
Agios Iskyros
Sanctus Fortis
Agios Athanatos, eleison imas.
Sanctus Inmortalis, miserere nobis.
Agios, Graecum, Trisagio, Agios o Theos, son las primeras palabras propias de la liturgia cristiana, común a las tradiciones litúrgicas antiguas. El texto a continuación es el Liber usualis, en la presente versión combina los versos en griego y en latín. Se puede traducir como «Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros.»
Deus, Dios
La palabra Dios viene del latín Deus, que a su vez proviene de la raíz protoindoeuropea deiwos / diewos, que significa brillo, o resplandor. En sánscrito, la palabra deva, asociada a Dios, se refiere a un ser celestial, una deidad suprema. En la lengua española, Dios es «el ser supremo que las religiones monoteístas consideran como el creador del universo.» Es la única deidad en el monoteísmo, o la deidad principal en algunas formas de politeísmo. En algunas concepciones, es una idea más abstracta, sin personificarse en un carácter particular. También ha sido concebido como el mayor se concebible con existencia, un ser incorpóreo, fuente de toda ética y moral. La descripción de los atributos de Dios inicia con el trabajo de los primeros filósofos y teólogos, ya fueran judíos, cristianos, musulmanes, asiáticos, de la Antigua América, etcétera.
Dios se concibe como la fuerza creadora del universo, ya sea identificada con un nombre, personaje, o una energía abstracta. Meditar en Dios, es reflexionar en las características o concepciones de Dios, por ejemplo: la omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, omnibelevolencia. De ahí que las tradiciones musulmanas meditan en los 99 nombres de Dios, y los hebreos en los 72 nombres de Dios. Cada nombre representa una diferente característica de la divinidad.
Tonatiuh, Tonatiuhtéotl, Ollin Tonatiuhtlan
En la cultura mexica, el Dios del Sol, líder del cielo, es Tonatiuh, o Tonatiuhtéotl, en la era del Quinto Sol. Así se escribe en la llamada «Piedra del Sol», una escultura en forma de disco, con inscripciones de los cultos solares. Probablemente fue llamada en náhuatl Ollin Tonatiuhtlan que significa Sol en Movimiento. En el centro se encuentra el rostro de Tonatiuh, dentro del signo movimiento (Ollin), con sus dos manos, cada una con una pulsera; un ojo y ceja, porque todo lo ve. En cada mano, sus garras apresan un corazón humano, y su lengua es un cuchillo de pedernal. Esto es porque en su concepción, el sol necesitaba del sacrificio de corazones humanos para continuar con su movimiento. De ahí el gran contraste con la concepción cristiana de Dios, que propone terminar con las religiones basadas en el sacrificio y el impulsar una cultura espiritual y social en el amor. Sin embargo, el sol y su movimiento, independientemente de las interpretaciones espirituales que hagamos de él, sigue siendo una fuerza vital que alimenta la vida en el planeta Tierra.
YHVH, Tetragrámaton, Elohim, Yahveh, Yahweh, Yahvé, Yah, Yavé, Iehová, Jehovah, Jehová
Yahveh y sus variantes conjeturales Yahweh, Yahvé, Yah y Yavé (así como la popular intercalación Iehová, Jehovah o Jehová) es, en dicho modo, el nombre propio utilizado en las Biblias en lengua española para designar a la Deidad de las religiones judeocristinas. En su forma hebrea es, en el Antiguo Testamento, el nombre que utiliza Dios para referirse a sí mismo, siendo su significado una descripción de su propia naturaleza.
El sentido del nombre Yahveh (Y H V H, «El Tetragrámaton») ha sido interpretado de formas muy diversas y se discute su origen cultural. Elohim afirmó que sería llamado Yahveh en el Génesis. En el tiempo que el pueblo judío fue llevado en esclavitud a Babilonia, estaba prohibido pronunciar su nombre, así como otras palabras que aludían a lo sagrado.
Es decir, en la antigüedad, Elohim, era una divinidad rodeada de un culto autoritario, que no invitaba a las personas a meditar en su nombre a través de la palabra, que es una invocación directa a la divinidad, y por lo tanto un ejercicio que promueve la familiarización con la divinidad que habita en cada uno de nosotros. En la actualidad podemos meditar en esta energía superior al tomar conciencia de nuestra alma superior, respirar profundamente, y pronunciar lentamente las cuatro consonantes hebreas:
Y (iod)
H (hei)
V (vav)
H (hei)
Otra alternativa a esta meditación es pronunciar el nombre Eieh, pensando en conectar de forma consciente con la chispa divina que somos, con el alma superior.
Alá
Alá es la hispanización de la palabra árabe Al-lāh (الله), que significa en árabe ‘Dios’. Éste término es utilizado por los hablantes de árabe de todas las religiones abrahámicas, incluidos los cristianos y judíos, en referencia a Dios. También fue usado por los paganos de La Meca en referencia al Dios creador, posiblemente la deidad suprema en la Arabia preislámica.
Sagrado Corazón de Jesús
El Sagrado Corazón de Jesús representa la devoción al corazón físico de Jesús de Nazaret, como símbolo de amor divino. Metafóricamente, se refiere al amor de Jesús por la humanidad.
Tao

El Tao que puede expresarse
no es el Tao permanente.
El nombre que puede nombrarse
no es el nombre permanente.
El no-ser es principio del Cielo y de la Tierra;
el ser, de los infinitos seres es madre.
Por eso con el permanente no-ser
se contempla la esencia escondida (del Tao);
con el permanente ser
se contemplan meros indicios del Tao.
Estos dos (no-ser y ser) tienen el mismo origen
aunque diferentes nombres;
tanto al uno como al otro puedes llamarlos misterio.
Misterio de los misterios
llave de toda mudanza.
Bendiciones de Amor, Gracia y Trascendencia
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