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@raalkivictorieux, Master Ra’al Ki Victorieux

Reflexiona sobre el maltrato animal en la Pascua y únete a la defensa de los derechos de los pollitos de colores. #PascuaConConciencia #DerechosAnimales https://wp.me/p3JLEZ-2FQ

El maltrato animal en forma de pintura de crías de aves para su venta como mascotas, así como su explotación en manifestaciones artísticas, refleja la despiadada realidad que enfrentan los seres vivos no humanos en manos de quienes deberían protegerlos. Desde la inocencia ultrajada de los pollitos hasta la sevicia disfrazada de expresión artística, estas prácticas despiertan una incómoda y necesaria reflexión sobre los derechos de los animales y la responsabilidad colectiva de defenderlos.

Los Pollitos de Colores

Parecen tiernos y bonitos, con colores alegres, pero son bebés, pollitos recién nacidos, víctimas de maltrato animal. Lamentablemente el ser humano aún es capaz de causar mucho dolor y muerte por unos cuantos pesos.

«Quién se acostumbra a considerar sin valor la vida de un ser vivo, puede llegar a la conclusión de que también hay vidas humanas que carecen de valor»

Dr. Albert Schweitzer. Activista humanitario.

Los pollitos pintados, también conocidos como pollitos de colores, son crías de gallinas, codornices, o de otras aves. En algunos lugares como Puerto Rico, también se tiñen conejos. Se pintan de colores llamativos, con productos que podrían ser tóxicos, para ser vendidos habitualmente en mercados callejeros, como juguetes o como mascotas.

Los pollitos recién nacidos se colocan en una cubeta, o lugar donde no puedan escapar, y ahí se les aplica el tinte. Suele ser un color llamativo en tinte para telas o para el cabello. Algunos de estos colorantes tienen peróxido o tartrazina que pueden ser corrosivos y generar quemaduras. Suelen «amasar» a los pollitos (removerlos en el tinte de forma violenta, sin importar si lesionan sus alas, patas y demás), para que la mezcla sea uniforme y las aves resulten teñidas de rojo, verde, morado, amarillo, azul, rosa mexicano, etc. Después se pasan los animalitos a una jaula con rejillas, para que se sequen al sol. Hay pollitos que mueren porque beben el tinte, otros quedan ciegos.

En algunos casos, se tiñen polluelos que todavía están en el cascarón. Para colorar embriones de pollo se inyecta el producto al huevo de entre 11 y 14 días de incubación. Si se empuja demasiado la aguja, por demasiado tiempo, o no se cierra bien el huevo después, se daña al feto. En este caso los pollitos nacen pintados, y conservan el color hasta el cambio de plumas.

Uno de los detalles más violentos es que les pegan sombreros con silicona caliente al cráneo del ave. De tal manera los venden con accesorios como gorras deportivas, sombreros vaqueros, y de otros tipos, hechos de poliestireno, para aumentar su «popularidad».

Sin embargo, aún en los que sobreviven para la venta, los químicos tienen sustancias tóxicas que envenenan a los bebés pollitos. Además, sufren de hambre y sed, por lo que suelen vivir apenas unos días. La venta callejera de estas aves suele darse sin licencia de sanidad y en malas condiciones.

También, pueden ser víctimas de abandono o negligencia de sus dueños, que los adquieren usualmente como «juguete desechable», o «souvenir para turistas», sin respeto a que son seres vivos sintientes.

Esta práctica, por su crueldad, ha sido castigada en numerosas ocasiones, lamentablemente, sigue siendo frecuente. Incluso algunas personas utilizan a los bebés pollitos dentro de piñatas, para que al romperlas, estos salgan volando, como «premios» para las personas en la fiesta. Esta forma de maltrato animal se practica en México, Costa Rica, Filipinas, Marruecos, y Colombia. Tristemente, es común en la época de Pascua.

Maltrato Animal en el Arte

Un asesinato en un museo no puede dejar de ser un asesinato.

Francisco Brugnoli. Director del Museo de Arte Contemporáneo en Chile.

Más allá de la discusión de si la Tauromaquía tiene algo de artístico, o es mero maltrato y violencia contra los animales. Existen otros ejemplo en que «por el arte» se «justifican» atropellos a los derechos de los animales. Por ejemplo:

En la exposición «Eres lo que lees» del 2007, el artista costarricense Guillermo Vargas, conocido como Habacuc, dejó morir a un perro callejero, de hambre, en la galería Códice de Managua (Nicaragua). No se le imputó ningún cargo, no fue acusado, procesado ni condenado, porque en Nicaragua en esa fecha no existía una ley de protección a los animales.

No hay en esa obscena exhibición de atrocidades otra cosa que búsqueda de impacto mediático. Parece ser que este joven artista que se columpia entre la perogrullada y la política de la denuncia estaba invitado a la próxima Bienal Centroamericana. Su estilística era típicamente «bienalista»; tenía todos los elementos de la salsa de moda: un poco de sociología blanda, una tajada de retórica multicultural y algo escabrosa para que se pueda calificar el potaje indigesto como «radical».

Fernando Castro Flórez

Vargas llamó al perro «Natividad» en «honor» al delincuente Natividad Candas quien saltó las vallas de una fábrica para robar, y el guarda, en defensa propia, le soltó dos perros que le atacaron y acabaron con él. El perro estuvo atado en una esquina de la sala, donde sonaba un audio con el Himno Sandinista al revés, fotos y un incensario en el cual se quemaron 175 piedras de crack y una onza de marihuana. Durante el evento varias personas pidieron la libertad del perrito, a lo que Vargas se rehusó. Horas después el can murió de inanición a la vista de todos. Sólo quedó un cable de metal y una cuerda.

El jurado que eligió a Vargas para representar a Costa Rica en la Bienal de Honduras estuvo formado por Ana Sokoloff (Colombia), Oliver Debroise (México) y Rodolfo Kronfle Chambers (Ecuador). Estos profesionales afirmaron que su selección incluía obras de «gran calidad y excelente coherencia entre idea y ejecución». Es decir, el jurado «autorizó» la execrable producción de la morbosa obra de un perro atado y muerto de hambre en la galería. Esto desencadenó la ira e indignación de los defensores de animales en Centroamérica.

Seguramente, si hubiera sido tu perrito faldero, al que le hicieran eso, estarías muy indignado… ¿Por qué debería dolernos menos el maltrato de un perro de la calle?

Existen muchos otros casos de uso violento de animales en el arte, pero regresemos al tema de este artículo: Los pollitos de colores…

Otro caso, bastante menos publicitado en los medios, fue protagonizado en la Ciudad de México por Antonio Gritón. En una exposición, el artista decidió que era buena idea «liberar» decenas de estos bebés pollitos para que deambularan entre los pies de los asistentes a la inauguración. El evento fue en una galería cuyo acceso era un largo pasillo que estaba casi a oscuras, lo que incrementaba el peligro para los animales, que son miniatura comparados con la talla de un ser humano. Esto resultó en numerosos pollitos pisados, y muertos, por amantes del arte que estaban más preocupados por evitar tropezarse o caerse, por conversar, brindar y/o ver las obras. El artista también dijo que quienes así lo desearan podían «recoger» un pollito de colores y llevárselo a su casa.

¿Te imaginas la ética detrás de tomar crías de un animal, dejarlos sueltos en una fiesta para que las personas puedan «entretenerse» con su asustado y colorido desfile, pisarlos, matarlos, o tal vez, ¿si tienen «suerte y ganas», llevárselos?

Debate creativo

También existen creadores que buscan retratar la violencia, no para generarla, sino para denunciarla:

En el 2023, un cartonero que se hace llamar «El Alebrije Mayor» presentó una piñata que retrata un perro maltratado, con músculos y huesos expuestos, y encadenado. Afirmó que lo hizo para concientizar sobre la crueldad animal.

Sin embargo, les diría lo que alguna vez comentó la madre Teresa: Si me quieres invitar a una protesta contra la guerra, no asistiré, pero si se trata de una manifestación por la paz, me parece más oportuno. Si bien estoy parafraseando lo que dijo la samaritana, coincido en que en un mundo en que funciona la ley de la Atracción, es mejor evitar la representación y divulgación de aquello que no deseamos. Lo más consciente es elegir crear en el arte los discursos y símbolos del mundo que deseamos construir.

El Festival Fauna Tepoztlán Animal promueve la creación de cortometrajes que transmitan de qué manera las mascotas se entrelazan como parte integral con la vida humana.

Debido al amor que las personas compasivas tienen por los animales, es cada vez más frecuente la creación de audiovisuales como:

• Las aves de América
• Migraciones secretas, la curruca capirotada
• Aves de Canarias
• Vida en las rocas
• En la mente de un gato
• No te metas con los gatos
• Gente de gatos
• Secretos de las mascotas
• Planeta absurdo

Los derechos de los animales

Es importante garantizar una vida digna para los animales

Jesús Sesma Suárez, presidente de la Comisión de Protección Animal del Congreso

Han sido muchos los casos de perros maltratados que se han vuelto mediáticos. Por ejemplo el de Scooby, que fue arrojado a un cazo con aceite, y el de Athos y Tango, perros rescatistas de la Cruz Roja que fueron envenenados.

En el 2023, se realizó la reforma de la Ley de Protección y Bienestar Animal de la Ciudad de México, que enfatiza la obligación de los ciudadanos de respetar a los animales, evitando su uso como entretenimiento. Se prohíbe la venta de animales vivos en lugares públicos como las calles, mercados públicos, puestos ambulantes, tianguis y bazares.

En el 2015, Ziad Chebib, gobernador Beirut, capital de El Líbano, anunció la prohibición de la venta de pollitos de colores, en un esfuerzo para proteger los derechos de estos animales, «ayudar a prevenir enfermedades evitables y enseñar a los niños la importancia del bienestar animal”.

En algunos lugares de Estados Unidos está prohibido tintar las aves, como en: Massachusetts, Michigan, Ohio, California, Florida y Nueva York.

10 Derechos Fundamentales de los Animales

1. Derecho a la igualdad y existencia.
2. Derecho a ser respetados.
3. Derecho a no causarles dolor.
4. Derecho a la libertad.
5. Derecho a la vida.
6. Derecho a la longevidad natural.
7. Derecho al trabajo digno.
8. Derecho a la satisfacción de sus necesidades básicas.
9. Derecho a no ser explotado para esparcimiento del hombre.
10. Derecho a ser asistidos por organismos de protección.

Las células también tienen «sentimientos»

En el 2012, fueron galardonados con el Premio Nobel de la Química los científicos estadounidenses Robert J. Lefkowitz y Brian K. Kobilka. Sus hallazgos permitirán, entre otras cosas, desarrollar mejores fármacos con menos efectos secundarios. Su trabajo es en el área de los receptores acoplados a proteínas G (GPCR, por sus siglas en inglés). Casi todas las funciones del cuerpo humano, desde la vista al olfato, y también la comunicación entre las neuronas, dependen de estos receptores.

La definición de lo que es conciencia no está clara, sin embargo, las células sí son capaces de sensar el ambiente.

Pablo Ramdohr

La relevancia de estos receptores en el funcionamiento del cuerpo es tal que aproximadamente la mitad de los fármacos están dirigidos a los GPCR. Los estudios de Lefkowitz y Kobilka hacen posible manipular estos receptores con mayor precisión para obtener mejores efectos de los fármacos.

En resumen, si las células tienen sentimientos, con mucha más razón tienen sentimientos y derechos los seres vivos como los animales.

Conclusión

En un mundo donde la crueldad hacia los animales persiste en formas desconcertantes, es crucial reflexionar sobre la importancia de defender los derechos de los seres vivos no humanos. Desde la despiadada práctica de teñir pollitos recién nacidos hasta manifestaciones artísticas que implican el sufrimiento animal, es evidente la necesidad de promover una convivencia respetuosa. La lucha por la protección animal, los avances legales significativos y la denuncia activa del maltrato son pasos indispensables para construir un entorno más compasivo y ético. Es imperativo tomar conciencia de la responsabilidad colectiva en la defensa de los derechos de los animales y tomar medidas concretas para garantizar su bienestar y dignidad.

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