Hierba de San Juan, remedio refrescante

Ra’al Ki Victorieux

¿Conoces esta planta de flores amarillas? Alegra el corazón con solo mirarla… sus flores de cinco pétalos parecen pequeños soles o estrellas. Desde la antigua Grecia, Hipócrates la recomendó como remedio refrescante y antiinflamatorio. Dioscórides afirma: «Tiene facultad de mover la orina y, aplicado por baxo, provoca el menstruo. Bebido con vino, extermina las tertianas y las quartanas. Su simiente bevida por una quarentena de días, cura la sciática y las hojas con la simiente aplicadas en forma de emplasto, sanan las quemaduras del fuego«. Es decir, es diurética, si se aplica en la zona vaginal provoca la menstruación. Combinada con vino, ayuda a sanar la fiebre palúdica, que se repite cada 48 horas, 3 días… y las calenturas que se repiten dos días con uno de intervalo, es decir, de cuatro en cuatro días. Si se beben los granos de su flor, semillas, en infusión durante cuarenta días, alivia la ciática, que es un dolor muy fuerte que recorre la parte trasera de la pierna hasta el pie, por irritación del nervio ciático. Y las hojas con la semilla mezcladas con grasa o resina, y aplicadas con lienzos sobre la piel, ayudan a la recuperación de personas con quemaduras, ya que tiene propiedades antiinflamatorias, antisépticas, vulnerarias y sedantes. Si esto te sorprende, sigue leyendo, ya que las propiedades curativas y mágicas de esta planta son numerosas e impresionantes.

Hipérico, Hypericum perforatum… El nombre genérico es una referencia a la capacidad de esta planta de “subir” (hyper) “la imagen” (eikon), en el sentido de elevar la propia imagen, de incrementar la autoestima o imagen que una persona tiene de sí misma. Esta planta se asocia con el género masculino, con el Sol, el fuego, y con poderes de felicidad, amor, protección y fuerza. Se ha usado por siglos para curar la melancolía, el insomnio, la ansiedad… para que la persona se ame a sí misma y atraiga el amor.

Hierba de San Juan, remedio refrescante. Ra'al Ki Victorieux. Atma Unum
Hierba de San Juan, remedio refrescante. Ra’al Ki Victorieux. Atma Unum

Se conoce también como Hipérico, Hipericón, Corazoncillo, Goat Weed, colofonia Rose, St. John’s Wort, y su nombre científico es Hypericum perforatum, de la familia hipericáceas, gutíferas o clusiáceas. Originaria de Europa, se ha naturalizado en América, el norte de África, China, y Australia. Es un arbusto de raíces leñosas y ramificadas, cuyos tallos pueden llegar a medir hasta un metro de altura. Los pétalos de la flor son amarillo dorado, con pequeñas motas negras en los bordes, que son bolsas de aceite esencial, que pueden verse al trasluz en cada una de las hojas de la planta. Si estas bolsas se aplastan entre los dedos, dejan una savia anaranjada, rojiza, que se ha asociado con la sangre. Su olor es como de pino, y el sabor es aromático, amargo, balsámico. Entre los principios activos de la flor se encuentran Flavonoides y Taninos, y en la planta Rutina, Quercetina, Limoneno, Hipericina, Hiperforina, ácidos ascórbico (vitamina C), esteárico y palmitico, así como los aceites esenciales cariofileno, cineol y pineno. En las hojas hallamos minerales como el cadmio y el plomo.

Retomando la historia medicinal de esta planta que florece de junio a septiembre, les cuento que recibió su nombre en honor a San Juan Bautista, cuya fiesta es la noche del 23 de junio y la mañana del 24. El Día de San Juan, la Fiesta de San Juan, Víspera de San Juan, Janot, o noche de las hogueras, celebra el nacimiento de San Juan Bautista. Saltar hogueras en la noche más corta del año, es un ritual de purificación y petición de deseos… se tiran en forma de papel al fuego todos los malos recuerdos, y también hay comida, baile y rituales para invitar al amor y la prosperidad. Es común observar la flor en la versión cristianizada de la Fiesta del Solsticio de Verano, celebración muy importante en el antiguo calendario de la iglesia. En la edad media esta planta fue conocida como «Fuga Daemonium» en latín, chasse-diable en francés, y scacciadiavoli en italiano, fue venerada incluso como una hierba mágica, que «arrojaba los demonios del cuerpo», que alejaba a todo tipo de maldad, brujas o demonios, por lo que sus ramos en verano celebraban la vida. Se arrojaban algunas ramas en las hogueras de las fiestas, y se colocaban otros ramilletes bendecidos sobre las puertas y vigas de los establos y graneros, para protegerles del ardiente poder solar: incendios, relámpagos y sequías.

En los rituales de la Noche de San Juan, intervienen las hierbas mágicas o hierbas sagradas, y en esta noche es cuando deben de ser recolectadas, preparadas y ritualizadas. Algunas de las plantas de poder son el hipérico, la verbena, la salvia, la artemisa, la milenrama, el rusco, el crisantemo de los prados, la hiedra trepadora… Uno de los rituales de esta noche es meter algunas de estas hierbas místicas dentro un saquito de tela para ritualizarlas la noche del fuego y guardar el saquito el resto del año cerca de ti, ellas te cuidarán y te protegerán de negatividades.

En Gales, las familias colgaban una rama de la hierba de San Juan por cada miembro de la familia, en una viga durante la noche. A la mañana siguiente, el grado de marchitamiento de cada ramita representaba el estado de salud de cada uno. En la cultura celta, se decía que las hadas malas, los duendes y los magos de malas intenciones no entrarían nunca en una casa cuyas ventanas estuvieran protegidas por ramitos de esta planta. Se le atribuían cualidades protectoras como el poder de ahuyentar a las apariciones y espíritus grises, y los malos pensamientos, así como la capacidad de proteger del mal del ojo (ponte un ramito en la solapa).

Durante el siglo XVIII, la hierba fue clasificada como «nervina«, es decir, como medicina para sanar los trastornos nerviosos. A principios del siglo XIX la Hierba de San Juan empezó a ser considerada como un tratamiento útil para la depresión, y cuando se inventaron los antidepresivos farmacéuticos, los investigadores alemanes comenzaron por buscar sustancias con propiedades similares a las de la hierba de San Juan.

Se considera que esta planta es un tónico para todo el organismo, refresca el cuerpo, brinda una desintoxicación, una limpieza suave, que mejora el estado de salud general y tonifica los órganos vitales. Mejora y regula el metabolismo, el estómago, el hígado y los riñones. El jugo fresco, o el aceite de la planta en ayunas, se ha utilizado para tratar úlceras y gastritis. También se emplea para calmar los nervios, la melancolía, migrañas, o síntomas durante la menopausia. En personas de edad avanzada, se recomienda para los que experimentan temblores y espasmos. Entre sus múltiples propiedades también podemos mencionar que reduce la inflamación, alivia moretones y heridas superficiales de la piel, se puede usar para reforzar el cabello, eliminar caspa, facilita la digestión, combate afecciones de vías urinarias, evita la incontinencia de orina, es eficaz contra la gota, alivia el reumatismo, favorece la expulsión de gusanos intestinales, regula el sueño, y mejora el estado de ánimo y la autoestima.

Actualmente se utiliza en la herbolaria con múltiples aplicaciones. Su aplicación tópica acelera la cicatrización de las heridas. Resultan atractivas sus propiedades para aliviar la depresión y ansiedad de ligeras a moderadas: tristeza, falta de energía, ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, dificultad para concentrarse, irritabilidad, estrés. En Alemania ha sido incluida en la farmacopea oficial y se prescribe ampliamente para tal fin; es un antidepresivo que está cubierto por el sistema nacional de cuidado de la salud. Generalmente se ofrece en forma de extractos, en tinturas, bolsas de té, como grageas o cápsulas, o la hierba disecada. Posee algunos efectos secundarios, ya que es un potente limpiador del hígado, elimina las toxinas, incluidos los medicamentos o anticonceptivos que pueda estar ingiriendo la persona. Por lo tanto, es recomendable consultar con un médico que evalué su estado de salud, y considere las posibles interacciones de esta hierba con los medicamentos que consume, antes de utilizar la hierba de San Juan.

Los chamanes y magos modernos recomiendan a las personas portar un ramo de hierba de San Juan, o un collar elaborado con esta, cuando necesitan tener valor, voluntad y protección. También se cree que poner racimos sobre las puertas y ventanas, quemarla en la chimenea o en incienso, son practicas que protegen la casa contra relámpagos, incendios, tormentas, o espíritus malignos. A las solteras les recomiendan colocar la hierba debajo de su almohada, para que sueñe a su futuro esposo. Otras prácticas ritual con esta hierba es el sueño profético, o la magia de ensueño.

Recetas para uso externo e interno

«Secretos de la hierba Transflorina, dicha hierba de Sanct Ioan:
Su flor esta mucho en vs para hacer curar las llagas, y golpes, tal cual este. Tomaréis del fruto, y flor de esta hierba, botones de Rosas, que son los capullos todavía, y poner todo junto en una botella de vidrio con aceite, lo pondréis al Sol, hasta que esté todo consumido, después lo colaréis y guardaréis para usar para las quemaduras, golpes y llagas».

Fray Miquel Agustí. Llibre dels secrets d’agricultura, casa rústica i pastoril

Aquí tienen una receta clásica para hacer cualquier ungüento: Macerar la hierba en aceite y exponer a la luz solar. La fórmula habitual para hacer el aceite de hipérico consiste en macerar 100 gramos de sumidades floridas frescas en un litro de aceite de oliva de de 9 a 40 días “a sol y serena” (es decir, que le de la luz de día y la oscuridad por la noche). Pasado ese tiempo, el conjunto ha adquirido un color rojo oscuro, casi negro; se filtra el preparado y se guarda a la espera de ser usado para desinfectar, cicatrizar una llaga, una quemadura o una herida no demasiado profunda. Debido a las propiedades fotosensibilizantes de la planta, conviene que la zona tratada no se exponga al sol las horas posteriores a la aplicación

El ungüento de la hierba de San Juan o aceite de hipérico ha disfrutado desde muy antiguo de una justa fama como vulnerario (del latín vulnus-eris, “herida”, “golpe”) y cicatrizante. Es decir, que se aplica por vía tópica (directamente sobre la zona afectada) para curar la piel y los tejidos subcutáneos alterados por úlceras, heridas, quemaduras, golpes, llagas, eccemas o inflamaciones. Uno de los nombres antiguos de la planta era el de hierba militar porque solían llevarla los soldados para tratar los traumas físicos derivados de los ejercicios y los combates.

Para elaborar el aceite de la hierba de San Juan en una versión más concentrada, se remojan las flores en aceite de amapola, o aceite de oliva. Después se extienden en una bandeja de hornear, y se dejan marchitar unos días, para que se evapore el agua. Se llena un frasco con las copas de flores marchitas y se cubre con aceite. Se macera 4 semanas a la intemperie, que le de el sol, y lo agita periódicamente. Se cuela, y se repite el proceso con el mismo aceite, pero añadiendo flores frescas. Este aceite se utiliza sobre el área afectada, o con vendas, para tratar quemaduras solares, quemaduras leves, neuralgia, ciática, reuma, esguinces, torceduras, cortes, heridas, dolores musculares, nerviosos, y para reducir cicatrices.

Un aceite compuesto que se dice es eficaz para casi cualquier tipo de herida, se realiza con varias gomas y resinas como incienso, mirra, y además de la hierba de San Juan, agrega hojas de llantén, milenrama, y tormentil.

El uso interno de la hierba de San Juan es a través de infusiones o tinturas. El uso de la hierba seca es menos potente que la hierba fresca. No los consuma en caso de embarazo, si está en periodo de lactancia, ni si está usando anticonceptivos, ya que el control de la natalidad podría ser ineficaz. Tampoco es recomendable para menores de 12 años, que podrían sufrir una intoxicación. Puede interferir con la absorción de hierro y otros minerales. El uso excesivo puede causar agitación, ansiedad, mareos, diarrea, estreñimiento, problemas estomacales, sequedad bucal, fatiga, dolor de cabeza, y sensibilidad a la luz solar. Personas que toman esta planta y se exponen después al sol pueden presentar una pigmentación discreta de la piel (eritemas) o prurito. Se han documentado casos de rechazo de trasplante de corazón. También se recomienda evitar el uso de hipérico con ningún fármaco de metabolismo hepático.

La infusión requiere que vierta 1 a 2 cucharaditas de la hierba en una taza de agua hirviendo, y la dejas reposar 10 a 15 minutos antes de beberla.

El licor de la hierba de San Juan se prepara por maceración de un puñado de ramitas de hipérico junto a 125 gramos de azúcar por litro de aguardiente. Tan sencillo como recomendable. Y aunque el macerado contiene la fotosensibilizante hipericina, como el licor te lo tomarás por la noche no habrá peligro de que el sol irrite tu piel, y por la mañana podrás comprobar si funciona para elevar la autoestima y atraer el amor.

Exención de responsabilidad: La información anteriormente descrita es para fines informativos, por tanto no intenta influir, diagnosticar, ni reemplazar el consejo, tratamiento de un profesional de la salud.

Bendiciones de Amor, Gracia y Trascendencia

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Ra’al Ki Victorieux

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