Ra’al Ki Victorieux
Existen muchos caminos para llegar a Roma, yo diría que existen muchas tácticas para multiplicar y explorar la identidad y los alter egos. En la época contemporánea, las adolescencias suelen ser hipnotizadas por el glamour de los videojuegos o de los artistas de moda, que les invitan a crear avatares de sí en una realidad virtual, o a convertirse en pseudo-clones de aquel personaje quien lidere las tendencias. También, es naturaleza humana, que debido al trauma la persona reniegue, renuncie, consciente o inconscientemente de aspectos de la personalidad que los llevaron a la crisis, y busque con una nueva identidad un mejor desenlace de sus caminos. Los estudiosos de la conciencia y del ser humano han tratado de generar estructuras de conocimiento que nos permitan comprender, e intentar clasificar el temperamento humano. A partir de la observación, de la intuición, o incluso de la iluminación, varios autores han publicado obras con relación al carácter y sus diversas manifestaciones. La diferencia entre los que construyen su identidad seducidos por la moda, o fragmentados por el trauma y quienes estudian los temperamentos para fortalecer el alma y el propio carácter, es la conciencia. En el primer caso, numerosas audiencias, motivadas por el ego, el deseo de pertenencia, o las ideologías dominantes, hacen un copiar y pegar de la identidad colectiva a la identidad personal. En cambio, existen quienes procuramos por los medios a nuestro alcance domesticar el ego, fomentar la individualidad, permitir la emergencia de la conciencia a través del estudio de la sabiduría intemporal, y explorar el potencial de los signos de la identidad.

Los signos de identidad en diversas esferas culturales
No existe una culture per se, sino diversos colectivos que cultivan identidades, y fomentan relaciones entre sí. Estamos hablando de esferas dominantes, emergentes, subculturas, contracultura, etc. La identidad de un colectivo interesado en la defensa de las raíces históricas de las personas en cierto territorio, es diferente a la que pueden tener los jóvenes en resistencia o rebeldía al sistema, a la de los herederos o privilegiados económica o socialmente en cierto momento histórico, o quienes debido a u interés por sobrevivir, migran, se adaptan, se intentan mimetizar con aquello que les pueda brindar algún vestigio de poder, aunque pueda estar ligado con la delincuencia organizada. Los activistas que luchan por los derechos de la diversidad sexual tienen un «color», es decir, conjunto de rasgos identitarios, diferente a los integrantes del sector diplomático cuyos objetivos priorizan el diálogo y consenso internacional, al de los artistas cutting edge atentos a concursos, becas, bienales, ferias de arte, o el grupo de amas de casa que aparentemente ponen sus deseos en tercer plano, para colocar a sus hijos y la familia en los primeros puestos. Cuando hablamos de una «cultura global» o «sociedad global«, estamos tratando de comprender el proceso en que diversas culturas logran interrelacionarse a nivel global gracias a los avances en tecnología y comunicaciones. Algunas esferas culturales participan menos de la sociedad global, debido a limitaciones económicas, educativas, tecnológicas. Aquellos en un alto nivel de pobreza, los desposeídos, e incluso (paradójicamente) los inmigrantes pueden quedar reducidos a una estadística, y su voz prácticamente no se escucha en la cultura global. De tal forma, muchas transformaciones consideradas importantes a nivel internacional, pueden apenas incidir en la vida real de la mayoría de las personas, que no tienen acceso a esta «super sociedad global«. Por ejemplo, sabemos la importancia de las luces del Renacimiento en la transformación artística, filosófica del mundo, sin embargo ¿cuántas de estas logran permear o transformar las vidas de los niños en las minas de cuarzo de Madagascar, los niños migrantes que se suben al tren llamado «La Bestia» para llegar al «sueño americano«, o los mendigos en Sri Lanka?
Cuando como ciudadanos de esta sociedad global, permitimos tácita o activamente que a numerosos individuos, o múltiples colectividades permanezcan en estado de sobrevivencia, escasez, en un estado de miedo por la guerra, o por la incertidumbre, y sin acceso a la educación… aceptamos que se les «robe» el acceso a los dones de la civilización. Por eso aunque con cualquier dispositivo con acceso a la Internet podamos acceder a la mejor música, visitas a los principales museos del mundo, audiolibros y demás, la gran mayoría de las personas se concentra en ver el trasero de la vecina, los linchamientos del barrio, la música popular y el chisme del día. Por supuesto, es importante la obra de los que trabajan para que los derechos humanos, el derecho a la vida, la educación, la seguridad, sean una realidad global, y ojalá en un futuro veamos una evolución en la psicología social.
Numerosas personas se rinden a las demandas hegemónicas a costa de su identidad, por lo que considero no han recibido las más altas luces de la conciencia humana. Esta hipnosis para lograr relevancia en la cultura global, a costa de perder la propia identidad, la salud o la libertad, se da en todo tipo de individuos, no sólo en aquellos sin poder adquisitivo, sino en quienes utilizan sus recursos para tratar su cuerpo como si fuese una botarga lista para múltiples upgrades. La rusa Valeria Lukyanova, se ha realizado múltiples cirugías para verse como Barbie. La iraní Sahar Tabar fingió haberse hecho cirugías para tener el rostro Angelina Jolie, aunque esto le ocasionó más de un año en la cárcel. El eslovaco-americano Justin Jedlica pasó de querer lucir como Ken para transformarse en Barbie. El británico Oli London se realizó múltiples cirugías para parecerse a Jimin de BTS… Esto y más para lograr likes en sus redes sociales. Es genial que la cirugía haya logrado avances relevantes en la medicina, que son muy útiles para salvar vidas. Lamentablemente las ideologías dominantes han generado una sociedad de consumo, apariencias y poca integridad.
La palabra Alter Ego viene del latín alter (otro) y ego (yo). Muchos creadores utilizan un seudónimos, nombres artísticos, alias, nombres de pluma (nom de plume), apodos, nombres de guerra, autores sustitutos, etc., porque permite cierta división entre la vida pública y la vida personal. Una de las auto-clonaciones o desdoblamientos de personalidad más frecuentes en los jóvenes es la creación de avatares. Etimológicamente, la palabra Avatars proviene de la cultura india y significa ‘reencarnación’ y, en particular, hace referencia al dios Visnú que era capaz de reencarnarse en diferentes rostros (Talamo, 2000). En Internet, se usa para describir un ‘objeto’ que representa al usuario y puede ser una foto, un diseño, un dibujo o una animación. Esta exploración en la caricaturación y en el territorio lúdico se realiza generalmente con meros fines de entretenimiento. También, cuando una persona manifiesta trastornos de identidad disociativo, subpersonalidades, o una doble vida, tampoco estamos hablando de un proceso de conciente. En estas situaciones, lamentablemente, se trata de una enfermedad mental, un recurso para enfrentar ciertas situaciones psicosociales, o de un fraude.
Les invito a reflexionar en torno a ¿de qué manera las esferas culturales son concientes de su carácter y trabajan para la evolución espiritual de sí mismos? Pongamos por ejemplo el descubrimiento de América. Cierto que Bernardino de Sahagún, heredero del Renacimiento, fue empático con la cultura americana y trató de documentar tanto como le fue posible. Sin embargo, Cristobal Colón, y Hernán Cortés tenían la intención de conquista, no de diálogo respetuoso ni de verdadero descubrimiento. Entraron al nuevo mundo como el cirujano que desea conocer lo que existe en la mente de alguien y para ello disecciona el cerebro, el explorador que nombra todo lo que ve en su propia lengua, aunque sepa que esto ya tiene nombre en su cultura original, o el biólogo que para entender lo que significa florecer guarda especímenes de flores exóticas entre libros viejos, hasta que estas mueren… Interpretaban el mundo como espacio para ser tomado, renombrado, violentado, apropiado, nunca se rindieron a la experiencia para poder beber de ella. La vida… sólo la puedes experimentar con la gracia, la dicha, la celebración de la vida misma.
En el área de las ciencias sociales, se ha reflexionado en torno a la figura de «el otro«, que puede ser aquel que no es parte de «mi cultura», un asiático, algo exótico, que se encuentra «afuera». Edward Said (1979) dijo que «el Oriente» fue inventado por occidente. En el diálogo que como occidentales establecemos con los orientales, en muchas ocasiones existe un sesgo de dominación, es decir, se defiende lo propio sobre lo extranjero, en el peor de los casos, existe una abierta xenofobia. Incluso en las personas «de mundo» se advierte esta dicotomía entre lo que es «verdadera cultura» (entendido como lo propio), contra lo que es extra-cultural o no-cultural (entendido como lo ajeno), haciendo de la palabra cultura un cuasi-sinónimo de civilización. Muy probablemente los orientales tienen un proceso ideológico semejante en el que los occidentales aparecemos como salvajes ante sus tradiciones.
En una sociedad donde muchos no son concientes porque no han tenido las oportunidades, y quienes las tienen a veces tampoco lo son, porque están hipnotizados por espejismos… ¿Por qué insisto en la importancia de la conciencia, de la construcción del carácter, de lo valioso de la identidad y la integridad?
Uno de mis maestros me recordaba que no hay que tratar de aleccionar a quien no está listo. Me decía: -«si una persona manifiesta con su carácter y sus actos que espiritualmente es un niño, ¿por qué habrías que intentar conversar con él como si fuera un adulto?» Cuando estoy a punto de perder el temple, recuerdo las enseñanzas… Eso me permite ser más tolerante y paciente incluso en situaciones emocionalmente difíciles. Respiro, y pienso… Esta persona es un niño espiritual, mi trabajo no es cambiarla si no me está pidiendo ayuda, mi trabajo es mantener lo que yo soy -alma, mente, corazón, cuerpo-, en armonía. Existen quienes buscan nuestra luz, en ese caso con gusto comparto lo que está a mi alcance. Es mejor apoyar a quienes desean aprender, que insistir en verter agua en pozos que están cerrados. Y ahí está la clave, si has seguido leyendo hasta aquí, probablemente estás entre quienes desean aprender, así que bienvenido.
Métodos para estudiar la personalidad
En 1952, Geoffrey Hodson publica con la Sociedad Teosófica el libro «Los Siete Temperamentos Humanos«. En este tomo, él presenta un estudio de la naturaleza humana. Se pregunta ¿existe una clave con la cual entender las formas en que se manifiesta la naturaleza humana, con su infinita variedad y vasto potencial, y reducirlas a un orden? Encuentra que es posible, y que la llave es numérica, con el número gobernante siete. Aunque existan muchos tipos de humanos, cada uno con sus atributos y cualidades, siempre existe una tendencia predominante. Hodson crea un sistema de 7 tipos de temperamentos, que brindan una llave para comprender la humanidad. Años más tarde, otros autores adaptan este conocimiento al mundo de la psicología, y se utiliza como una forma de reflexionar en la personalidad de los pacientes.
Otro de los autores que concibió un sistema, herramienta de conocimiento, para buscar analizar la personalidad humana es George Gurdjieff, creador del eneagrama. Con esta regla de 9, propone descubrir el tipo al que cada individuo pertenece. Cada uno de los 9 describe un pecado o compulsión, que hay que trascender, para lograr la sanación y libertad: Ira, orgullo, vanidad, envidia, avaricia, cobardía, gula, lujuria, y pereza.
Dado que nuestro carácter puede cambiar, porque podemos ser armónicos, pero después tener un trauma y no superarlo, o por el contrario, tener una vida difícil y en algún momento lograr una epifanía o iluminación, este tipo de métodos ayudan a ser concientes de nuestra personalidad en cierto momento determinado.
Estoy más familiarizada con el método de Hodson. Aunque parece ser que yo conocía de este sistema aún antes de leer el libro. Les contaré la historia.
Mis Alter Egos
Cuando ingresé a estudiar artes en La Esmeralda, yo pintaba algunas obras expresionistas, al estilo de James Ensor. Tenía 19 años, era circa 1991, y no sabía ni quién era Ensor, ni qué era el expresionismo, pero pintaba con un estilo parecido al de él. Después, me acerqué al simbolismo, también lo hice de forma intuitiva, es decir, sin conocer la historia del movimiento, eso lo averigüé después: El simbolismo era un movimiento del siglo XIX, nacido en Francia, y que recurría a uso de símbolos para representar cuestiones intangibles como las emociones, la imaginación, la poesía, la espiritualidad, los sueños. Además de pintar, me gusta visitar las librerías, y uno de los libros que me llamó la atención fue de alquimia. Incorporé algunos de estos símbolos en mi obra, y empezaron a suceder cosas extrañas, como que se apagaba la luz. Además de estas exploraciones creativas, algo pasaba con mi identidad… Yo venía de costa, ya que había vivido en el sur de México durante mi infancia / adolescencia, así que mi ropa era de colores brillantes y muy primaveral. Me di cuenta que las personas que estaban en mi escuela preferían colores neutros, u oscuros, así que me hice da algunas ropas parecidas, un overol negro, unas botas industriales, algunos vestidos en tonos oscuros… Además resultó que el departamento en que elegí vivir, porque estaba cerca de la escuela, también estaba a la vuelta del panteón de San Fernando. Con toda esta influencia, mi forma de presentarme se modificó, ya que dejé de usar colores vivos para utilizar azul, gris y negro principalmente. Ahí nació mi primer alter ego, Vamp Iris. No le di nombre en ese momento, de hecho no sabía en ese momento que esa modificación de mí, se iba a «independizar» de mí… Yo estaba viviendo una metamorfosis personal. Inicié una investigación teórica con relación a los temas que me llamaban, y construí un discurso en torno al arte y los símbolos… Pero había mucho de oscuridad y pesadillas asociadas a esta nueva identidad, incluso llegué a pensar que de continuar en la Ciudad de México no sobreviviría, así que renuncié a ese modo de vida y regresé a Chiapas tres años después.
En Chiapas me acerqué de nuevo al sol, al agua, a la selva lacandona, la naturaleza… Volví a mutar y en ese momento decidí pintar todo en Azul, así se llamó mi proyecto y exposiciones. Eso me dió un poco más de piso, tranquilidad, al menos durante un rato. Pero me seguía sintiendo muy inestable, viví un rato en Tapachula, otro en Puerto Chiapas, después en Chiapa de Corzo cerca del cañón del sumidero, en Tuxtla Gutiérrez… Mientras me fue posible, puse atención a los peces, a las hojas, a las raíces, los materiales de pintura como la tela, madera, fuego, cera, plumas… Era el nacimiento de Samadhi… En Chiapa era común escuchar la música de las procesiones religiosas, entonces tomar la calle y buscar la gente y sumarte a la fiesta. Fuera de eso pasaba los días entre bastidores o letras.
Era mi vida emocional la que ahora parecía no dejarme en paz… prácticamente decidí «hacer un tendedero de cartas de amor«, bueno, ventilar lo que habitaba mi corazón… Mis creación visual viró al collage, al arte correo, en tonos cálidos, rojizos, y Sugar, un tercer alter ego entró en escena… Poco después me mudé a Oaxaca, después a la Ciudad de México, y estos alter egos siguieron multiplicándose, eran ya 7 u 8, y amenazaban con seguir creciendo… Decidí que necesitaba un orden, me senté en la computadora, e hice una tabla con la que intentar definirles. Una línea para el nombre, otra para para su color favorito, el tipo de obra que realiza, qué es lo que desea en la vida, qué le da miedo, etc.
Después de algunos días de reflexión, cité a Ana Campos, una amiga en un restaurante de la colonia Roma, y le entregué una copia de mi tabla de personajes. -¿Cómo ves?, tú que eres psicóloga, ¿podrás decirme si la personalidad de cada una es coherente?, ¿tendrás algún consejo para mi trabajo? Le dije. Ella fue muy amable, supongo que si atender un paciente es difícil, tener una amiga que te llega con una tribu ha de ser divertido. Sonrió y me dió algunas sugerencias, pero en general dijo que no veía mayor problema en mi construcción. Bien, me sentí aliviada.
Ene tiempo después, llegó a mis manos el libro de Hodson, tengo la sexta edición, la de 1977, incluye una tabla titulada «Los Siete Rayos» que incluye el número del rayo -del 1 al 7-, el aspecto de la trinidad que representa, cualidades, tipo, mayor bondad, mayor maldad, pasión o motivación, más alto logro, método de enseñanza, método para lograr cosas, debilidad, fuentes de sufrimiento, religión, color, arte, joya, símbolo. En cuanto vi la tabla, sentí un escalofrío de emoción… Si bien mi tabla de personajes era modesta, y realizada por una necesidad personal, parecía un espejo a esta tabla de Hodson. No sólo me ayudó a erradicar las dudas de si iba por buen camino, sino que me hizo ver que mi ejercicio creativo tenía una resonancia con un conocimiento espiritual que yo tenía, aunque no fuera de forma conciente. Una amiga que trabaja con meditación, me dijo: –Probablemente tu alma superior tiene el conocimiento, aunque tu alma encarnada no lo recuerde, pero lo logra manifestar. En otra ocasión, en una terapia de vidas pasadas, me dijeron que yo había sido actriz en Grecia, y al utilizar máscaras o interpretar personajes, sabía canalizar energías divinas.
Hodson nos recuerda que la Teosofía nos enseña que todo manifiesta poder divino, vida y conciencia… por lo que todos los seres humanos o espíritus, irradian de Una Fuente y pasan a través de los Tres o de los Siete. De acuerdo con Hodson la clasificación de siete energías se puede encontrar a través de todos los reinos de la naturaleza, incluyendo lo superhumano y lo angélico. El universo en sí mismo tiene siete vibraciones, y las notas de sus acordes son siete, cada nota representa tanto una forma de manifestar de lo Supremo y una verdad eterna. La primera y la séptima nota son el Alfa y el Omega de la vida manifestada; son principio y final, el centro y la circunferencia que contiene el todo. El primer punto es un poder positivo en el universo, en el Logos es la omnipotencia, en el hombre, es la voluntad. La séptima nota es la primera en su última expresión. Es poder en acción, voluntad en movimiento, omnipotencia manifiesta. El centro relativamente estático se ha convertido en la esfera dinámica, pero los dos son uno. En el universo, el séptimo es la materia física, el sol, los planetas y todas las cosas alrededor de él. En el Logos, es el universo, en el hombre, es el cuerpo físico. En la manifestación el Uno Espiritual se ha convertido en multiplicidad material. En los seres humanos, es raro encontrar que manifiesten sólo un rayo o temperamento, si bien uno puede ser predominante, suele incluir varios en su carácter. Sin embargo, para fines de explicar y conocer los siete, se explican o aprenden primero en su forma relativamente pura. El Ser Espiritual usualmente decide el grado en que las cualidades y virtudes de un rayo se despliegan y las limitaciones y los defectos se superan. Como regla general, mientras más avanzado sea el Ego, más fácilmente discernible en la personalidad está el rayo primario. Dado que las cualidades de los rayos se muestran en los seres humanos, un examen cuidadoso del carácter va a brindar indicaciones del rayo predominante en la persona.
Considero que los siete principios o componentes de la individualidad humana pueden ser vistos como herramientas o vehículos a través de los cuales la auto-expresión y la experiencia se obtienen por el alma. Algunas personas no exploran las potencialidades de la identidad, sino que se conforman con manifestar lo que su familia, educación, o país dicta. Otros, buscamos de forma conciente explorar dichas potencialidades, aunque para ello hagamos uso de avatares, ya sea que estos se manifiesten de forma natural, o que procuremos su expresión con diversos recursos. Es un ejercicio de desapego, de no sentir que la identidad es algo fijo o inamovible. El viaje entre diversos rayos de temperamento facilita el contacto con recursos que probablemente no sabíamos que poseíamos, así como la relación / mimetización temporal con esferas culturales a manera de exploración y experiencia. En mi experiencia personal, si bien hecho mano de vestuario, maquillaje y algunos manierismos corporales, nunca finjo ser alguien que no soy, sino que me doy permiso de ser yo en contextos y situaciones nuevas de forma constante. No es igual el trabajo de un actor que tiene un guión y un carácter descrito por el dramaturgo, ya que mi trabajo de exploración identitaria es a través del performance, porque yo vivo la metamorfosis, y es hasta después de la experiencia que reflexiono a detalle en los procesos y su enseñanza. En la reflexión, retomo herramientas del desarrollo de personajes en cinematografía o literatura, para dar mayor coherencia a las historias que comparto. Es una exploración artística deliberada a través de identidades culturales y sus efectos en la psicología social.
Recientemente conversé con Javier Capri, un amigo que fue mi compañero en la primaria, él me recordó que desde entonces yo tenía interés por los animales fantásticos, que no eran sólo conejo, gato, o lagarto. Él recuerda que yo le pedía: -Oye, ¿puedes hacerme un dibujo mitad tortuga y mitad conejo?, ¿o un cocodrilo que se convierte en mariposa? -Y él se quedaba pensando cómo resolverlo, y lo hizo como un ejercicio, y me entregó varios dibujos. Se lo pedí en varias ocasiones, y ahora él dice, que desde entonces yo estaba generando una especie de bestiario y de exploración de identidades y formas de ser híbridas.
Lo cierto es que a la fecha, nunca he manifestado mi adherencia a ningún partido político o religión, porque así como creo en la unidad, creo en la libertad. Agradezco mucho a mis alter egos porque me han facilitado experiencias que de no existir, no habría logrado cultivar. Cuando me preguntan si ¿creo el personaje con una finalidad de encarnarlos? Respondo que: -He encarnado todos al menos en una ocasión, aunque los considero como herramientas. Me gustó mucho lo que Emilio Santisteban escribió de mi trabajo: «Iris Atma (México) trabaja desde alter-egos múltiples (una poetisa, una drag queen, una periodista, etc.) que actúan en contextos comunitarios determinados, ejerciendo roles específicos en acciones desde la persona del cuerpo (más que del cuerpo) en la conciencia comunitaria y pública, movilizando mentes en torno al reconocimiento intercomunitario, y ejerciendo este efecto tanto de forma crítica como espiritual (combinando saberes de occidente y oriente) a través del concernimiento ritual entre la artista y los otros (el público no es un espectador).» Él no me entrevistó para redactar su opinión, lo hizo a partir de la observación de mis video-performances. Es cierto que mi obra de arte acción suele enlazar varias realidades temporales: el momento de la acción, el de la publicación, y el instante en que el espectador le da play. Existen quienes dicen que con mi obra exploro dimensiones temporales, como los eones, etc. La tecnología nos permite generar obras de intensidad simbólica, que trasciendan los mapas espacio temporales. La convención entre espectador y autor a través del performance tiene algo de ritual, si bien Santisteban habla en términos laicos, un «reconocimiento intercomunitario» habla de un ritual social. Yo trabajo. con signos -color, tipo de gestos, palabras, imágenes seleccionadas-, le doy carga simbólica a mi obra, a fin de que al llegar al espectador se genere una intención compartida que transforma el proceso.
Autosanación a través de alter egos
Mis otros yo viven en mi espacio espiritual. Ahí habita cada una de mis otras identidades, en sus diversas edades, es decir, cada una de ellas tiene una niña interior, una adolescente interior, y una mamá o persona adulta. En la película de la Leyenda de Hei, el protagonista es invitado a visitar el espacio espiritual de su maestro, un lugar donde el propietario puede decidir todo lo que sucede. He ido construyendo a través de la meditación, poco a poco varios espacios espirituales, jajaja. Es lógico que si he creado diversas identidades construya diversos espacios para estas partes de mí, y sus acciones en el mundo real y virtual. Me explico: Tengo un mundo espiritual donde sólo estoy yo, la autora, y mis dragones, unicornios, y demás aliados. Es un lugar con una cascada, verdes pastos y una cordillera cerca del mar. Después, hay otro espacio, es una casa roja alta, circular, como una construcción tibetana, ahí habitan todas mis creaciones, y sus edades, tienen una casa bonita y autosustentable, en ella hay una cascada interior, que conecta con un cenote subterráneo. Tiene varios pisos, escuela, capilla, y un observatorio con telescopio en el piso superior. Está rodeada de un foso y bosque, y en medio de un desierto. Es decir, es un lugar aislado y seguro, en el que ellas recargan su energía, mientras yo sigo desarrollando su historia. Ellas están tranquilas, y más que ser parte de mi mente o corazón, creo que son semillas, como mi obra, que espero un día puedan germinar. Mientras tanto, no puedes llegar a menos que seas invitado, Vamp está encargada de la protección, y ella tiene un cuerpo de samuráis a su mando. Yo llego ahí gracias a mis unicornios o dragones, o incluso a caballo. Ellas están en contacto, y muchas veces se apoyan entre sí. Tengo un tercer espacio espiritual, este es más hight tech, y representa mi presencia en al mundo digital. Es un edificio con una construcción geométrica, si lo ves desde un punto de vista parece un huevo de varias capas, y si lo ves desde otro punto de vista, parece un Sri Yantra, las paredes son de fuego líquido, reflejante, internamente permeable.
Lo que ha sido sanador en el proceso de crear estos espacios a través de la meditación ha sido hacer las pases con mis edades, mi infancia, mi adolescencia y mi adulta o capacidad creativa y materna. En biodescodificación dicen que si no tienes hijos, tus proyectos son tus hijos. Mis identidades alternas son como mis hijas, ya que son el motor, el tema de performances, libros, historias. Ellas reciben cada una, cierta parte de mi historia, y con ello, lo bueno o malo que me ha sucedido. Gracias a ver mi historia a través de ellas, es decir como si mis traumas le pasaran a otro y no a mí, pude ayudarlas a ellas y así he aprendido a sanar… Recuerdo, recapitulo la experiencia, y les digo que lo que pasó en la infancia no es su culpa. Al principio, para rescatar la niña interior, no era yo quien las consolaba, yo invitaba a alguien a quien yo admirara, una mujer que tuviera las cualidades de cariño, paciencia, consuelo, amor incondicional… Yo no había generado una madre interior porque de niña experimenté negligencia emocional, así que al inicio, invité a mujeres que yo respetaba… Entonces esta mujer iba y rescataba a mi niña interior… Con el tiempo, logré ir dibujando una yo adulta en cada personaje, que tenía la habilidad de rescatar su propia niña… Después esa adulta pudo abrazar también a la adolescente… Eso no fue sencillo, y a la fecha aún sigo trabajando en el proceso… Pero estoy convencida de que todo esfuerzo en consolar nuestro corazón es importante.
Por ejemplo, Sugar Bloom, en mi casa roja tibetana vive Sugar niña que tal vez está brincando con un gorrito con orejas de conejo, la adolescente quizás quiere comerse al mundo e ir a Paris y ver el show del Moulin Rouge, pero la mami, Visnú Sugar, seguramente, es la que les va a preparar la cena, y les va a dar un besito y un abrazo antes de dormir.
Dado que a la fecha he creado 9 alter egos, y una regla de 11 triadas estéticas para el desarrollo de la conciencia a través de la enseñanza artística, lo que he llamado el «Método Schneider«, puedo aplicar esta diversidad de posibilidades para el análisis, o la sanación de mi propia personalidad, o de un estímulo externo, artístico o cultural.
Este ejercicio lo considero necesario, porque independientemente de su complejidad, es lo que he encontrado más sencillo para generar un sistema que me permite vivir en un mundo en el cual se me pide que «pertenezca» a un sólo cajón, cuando en realidad me interesa el mundo todo.
*Te agradezco si le das me gusta, o compartes este post.
❤ Gracias por apoyarnos al adquirir nuestros libros en: https://www.amazon.com/author/raalkivictorieux