Existe una belleza en la aparente trivialidad de la vida cotidiana, en la fragilidad de los encuentros adolescentes de verano, y en los recuerdos que nos resistimos a olvidar.
Existe una belleza en la aparente trivialidad de la vida cotidiana, en la fragilidad de los encuentros adolescentes de verano, y en los recuerdos que nos resistimos a olvidar.