@masterraalkivictorieux Master Ra’al Ki Victorieux

¡Imagina un gato al volante 🎉! Con música a todo volumen 🎶, girando con ritmo 🎵 mientras evita un camión 🚚. ¡Un copiloto que canta direcciones! ! 🐱🚗 #Animalesalvolante #Humor https://wp.me/p3JLEZ-8M9

Animales al Volante. MRKV. Atma Unum

¡Buenos días, damas y caballeros! ¿Se han fijado alguna vez en los animales manejando? No lo han hecho, ¿verdad? ¡Pero ahora les cuento!

Sé de buena fuente que un murciélago abrió una escuela de manejo. La primera en anotarse fue su amiga ratita, y entonces, de una forma muy peculiar, le explicaron cómo se usa la palanca de velocidades:

Aprender a manejar:

Murciélago: -P es de Parate, La R is for Recios, pero pa’tras, La N es de “No le va a dar, ni pa allá ni pa acá, no más no”, y la D es de Dale, y la 2 es de Dale, pero doble.
Ratita: Je, je, je.

Pero imaginen esto: Entre los graduados de esa academia de manejo, está un gato al volante, con sus orejas al viento, sintonizando su estación de música favorita: “Los Top Miaus de la Música”.

Ahora, hablemos de esos momentos de pura suerte. ¡Este gato tiene la suerte de su lado! Se detiene en un semáforo, mira a la izquierda, mira a la derecha, ¡y zasss! Se pasa un perro en una bicicleta que ni siquiera se inmuta. “¡No hay problema!”, piensa el gato, mientras se acomoda sus anteojos de sol y suena su playlist de pop. Así que cierra los ojos, se deja llevar por el ritmo… y ¡viene un camión! Pero el gato, como si tuviera un escudo de invisibilidad, ¡se desliza justo a un lado y sigue moviendo las patas al ritmo!

Luego, tenemos a un gato morado en el asiento de pasajero. Su trabajo es cantar las direcciones y poner las lucecitas. “¡A la izquierda, a la derecha!” Pero, claro, también se deja llevar por la música. Mientras el gato cool gira a la izquierda, el copiloto suelta un “And I misss you!“, y el gato conductor se queda pensando: “¡Otra vez perdido en las rolitas y sin poner direccionales!”

Al final, estos dos son el dúo perfecto. Uno con su música y el otro animando al conductor. Y de repente, llegan a un cruce… el semáforo se pone en rojo y el gato ¡no frena! Suena la canción de su vida y no puede resistir. ¿Lo ven? ¡Un gato que no solo maneja, sino que baila! ¿Quién necesita un chófer designado cuando tienes un gato con buen gusto musical y con mucho ritmo?

Y así, amigos, es como estos animales terminan llegando a su destino a salvo, mientras nosotros nos angustiamos por el tráfico… ¡En serio, si los gato manejaran los coches, seguramente llegaríamos todos a tiempo, pero a una fiesta!

¡Gracias, los veo pronto por los caminos de la risa!

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