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Lucha Libre, 90 años del deporte que llegó de importación

@eshuertajavier

Corrían los años de 1863, se cumplía un año de la invasión francesa a México, la batalla del cinco de mayo había representado un triunfo efímero del cual se desprendieron cuatro años más de ocupación por parte de las tropas, extendiéndose el conflicto de 1862 hasta 1867, tiempo en el cual varias ciudades de México, no solo permanecieron sitiados, sino que asimilaron de una u otra forma la obligada convivencia con los recién llegados. Entre ellos Enrique Urgatechea, él y otros extranjeros influyeron en gran parte con sus costumbres, comida, y otras cosas que dejarían marcado al pueblo mexicano.

Lucha libre México. Atma Unum
Lucha libre México. Atma Unum

Uno de los deportes de más arraigo dentro de la cultura popular mexicana después del fútbol es la lucha libre, la cual este mes de septiembre cumple noventa años. Llegó como un espectáculo de importación de Estados Unidos, por el promotor Salvador Lutteroth Gonzáles, pero años antes venía siendo expuesta por personajes como Enrique Ugartechea, entre otros.

Justo en este contexto, uno de los deportes de exhibición que más popularidad tenia entre las tropas galas era el de la lucha, especie de lucha grecorromana, muchas veces practicada por estos, sin tener más notoriedad para los mexicanos. Entonces, el poco reconocido Enrique Urgatechea adopta en el año de 1863 este estilo de lucha y se dedica a su difusión, pero el México de Urgatechea aún estaba lejos de preocuparse por una actividad deportiva y de esparcimiento, pues solo veía la forma de sobrellevar sus carencias y conflictos.

Entrando a los albores del siglo XX, México se encontró abriéndose paso a una modernidad cuasi colectiva y después de sufrir uno de los conflictos nacionales como lo fue la Revolución Mexicana, el país comenzó a tener una endeble estabilidad, traída por la conformación de un estado democrático que quizá pudiese darle esa paz que tanto anhelaban sus habitantes.

Fue entonces que un joven excombatiente, y miembro del ejercito de Álvaro Obregón con el grado de teniente, Salvador Luterott Gonzáles, cansado de la vida militar, decidió buscar nuevos rumbos. Casado y con un hijo en camino, se trasladó hacia Ciudad Juárez, donde tuvo a bien ser invitado por un grupo de amigos, a presenciar un espectáculo de lucha en El Paso, Texas, dicha experiencia lo marcó de por vida, significó un antes y un después en su carrera.

Lutteroth dudó que dicha modernidad diera cabida a sus emprendimientos. Después de dejar la vida castrense, trabajó en una fábrica de muebles y después en una de mesas de billar, ambos se fueron a la quiebra. Entonces consideró en llenar una nueva necesidad que comenzaba a surgir del México posrevolucionario, cuya sociedad homogénea y cambiante exigía: el entretenimiento. Recordó aquel espectáculo que había presenciado años antes, y con el préstamo de sus socios Francisco Ahumada y Mike Corona, comenzó con un modesto espectáculo conocido como: Empresa de Lucha Libre Mexicana (EMLL), hoy CMLL. Esta aventura comenzó representada por dos mexicanos vilipendiados en Estados Unidos, pero entronizados en tierras nacionales.

Poco a poco el deporte-espectáculo comenzó a llenarse de exponentes, no solo de personajes extranjeros, algunos venidos del Japón, China o incluso Siria. Se convirtió en un semillero de jóvenes figuras que pasarían a formar parte de una pléyade indiscutible de deportistas aclamados por su público, dejando atrás los combates sosos y mecánicos a los que estaban acostumbrados los espectadores extranjeros, sino a espectáculos cuasi teatrales, donde el bien y el mal se enfrascaban en peleas de generaciones, la utilización de elementos de la parafernalia luchística, como las máscaras, las capas, las botas pasaron a dar un plus, que con el tiempo se convertiría en un elemento mercadológico que hoy alcanza precios inimaginables.

La lucha libre, con el pasar de los años, nos ha dado villanos encarnados, héroes tan queridos y tan humanos, tan endebles y poderosos a la vez, que ningún mexicano dudaría en su momento de las batallas libradas por personajes como el Santo, conocido también como el Enmascarado de Plata y el Demonio Azul, Blue Demon contra momias y demás seres del inframundo o cualquier amenaza malvada del celuloide. Los ataques del mal pueden ser sofocados por una buena patada o llave de los personajes de la lucha libre mexicana. Por aquellos que la iniciaron, o por quienes hoy día, a noventa años de la importación y la creación de un nuevo pancracio, tienen mucho que dar.                 

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One Comment

  1. shiflarg shiflarg September 18, 2023

    Me cuenta mi madre que de pequeña me encantaba.

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