Jesús: “Yo Soy la Resurrección y la Vida”

@raalkivictorieux, Master Ra’al Ki Victorieux

Reflexiona sobre la presencia divina “Yo Soy” que trasciende toda limitación, guiándonos hacia la luz y la victoria eterna. 🌟 #PresenciaDivina #Espiritualidad https://wp.me/p3JLEZ-4Cp

1Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza;a y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 4Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 5Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. 6Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

Éxodo 3: 1-6

En la Biblia, la expresión “Yo Soy el que Soy” es una declaración de la naturaleza eterna e inmutable de Dios, que trasciende el tiempo y el espacio. Esta afirmación revela la presencia divina como la fuente suprema de existencia y consciencia, que está más allá de toda limitación humana. Al identificarse como “Yo Soy”, Dios comunica su ser auto-existente, sin principio ni fin, y su capacidad de manifestarse en todas las formas de vida. Esta metáfora espiritual nos invita a reflexionar sobre la omnipresencia y el poder creador de Dios, así como a reconocer la presencia divina dentro de cada ser humano. Al comprender el significado trascendental de “Yo Soy el que Soy”, se nos revela la conexión íntima entre la conciencia individual y la naturaleza divina, ofreciendo un camino hacia la realización espiritual y la victoria eterna.

13Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 14Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. 15Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. 16Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; 17y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. 18Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.

Éxodo 3: 13-18

En el Nuevo Testamento, Jesús pronuncia la frase “Yo Soy” en varios contextos significativos, revelando aspectos centrales de su identidad divina y su conexión con la presencia y el poder de Dios. Estas declaraciones incluyen “Yo Soy el Pan de Vida” (Juan 6:35), “Yo Soy la Luz del Mundo” (Juan 8:12), “Yo Soy la Puerta” (Juan 10:9), “Yo Soy el Buen Pastor” (Juan 10:11), “Yo Soy la Resurrección y la Vida” (Juan 11:25), “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6), y “Yo Soy la Vid Verdadera” (Juan 15:1-6). Cada una de estas afirmaciones profundiza la comprensión de la naturaleza divina de Jesús y su papel como guía espiritual, revelando la conexión esencial entre la conciencia individual y la presencia de Dios.

Yo Soy

Yo Soy el Pan de Vida

Yo Soy la Luz del Mundo

Yo Soy la Puerta que ningún hombre puede cerrar

Yo Soy el Buen Pastor

Yo Soy la Resurrección y la Vida

Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida

Yo Soy la Vid Verdadera

Las enseñanzas de Jesús, encierran la esencia del gran “YO SOY”, y la conexión con la presencia divina que reside en cada individuo. A través de las palabras del maestro Jesús, se nos invita a comprender el poder de la conciencia “YO SOY” y su papel en alcanzar la victoria eterna. Este conocimiento trasciende las limitaciones terrenales y promete asistencia a todos aquellos que buscan elevarse por encima de las restricciones de la vida humana.

“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy”

Juan 8:58

Por el maestro Jesús:
Con las palabras “YO SOY la puerta abierta que ningún hombre puede cerrar”, pretendí hacer comprender la esencia del gran YO SOY, que es la vida de cada individuo manifestda en la forma. No desee comunicar que el Jesús personal era el único a quien este gran privilegio había sido conferido. Cada uno de ustedes, amados hijos del Padre único, tiene la misma presencia poderosa dentro de sí mismo, el gran YO SOY que yo tengo y que tenía en ese tiempo, por el cual alcancé la victoria eterna y final.
Para aliento, fuerza y certeza de tu mente, deseo que comprendas que la conciencia que usé para alcanzar esta gran victoria fue el uso de la presencia YO SOY, que se te está enseñando. Después de una búsqueda por todos los caminos posibles en aquel tiempo, la determinación y el deseo por conocer la verdad me condujo al Gran Maestro -que conocerán algún día-, quien me dio el secreto interno y la poderosa concesión, que me volvió hacia la poderosa presencia, el gran YO SOY.
Cuando dije a la humanidad “Las cosas que yo hago, ustedes podrán hacerlas tambén y mayores aun”, yo sabía de qué estaba hablando. Sabía que dentro de cada individualización o hijo de Dios estaba esta poderosa presencia YO SOY, por cuyo uso están impulsando hacia delante sin ninguna incertidumbre.
El uso constante de tu presencia YO SOY te impulsa hacia delante a pesar de cualquier actividad del cuerpo externo. Tormentas, angustias y disturbios pueden arder alrededor tuyo, pero mientras que esta sola idea sea mantenida firmemente y estés en la concienci de la presencia YO SOY, puedes permanecer sereno, inconmovible por el torbellino bullicioso de la creación humana, en el cual podrías estar envuelto.
Hay solamente una manera en que tú y el Padre se vuelvan eternamente uno, y ésta es a través de la aceptación completa de tu presencia YO SOY, la energía, el amor, la sabiduría y el poder que Él te ha dado: atadura dorada, escalones preciosos, por medio de los cuales ascenderás serenamente hacia la realización final.
Un día, en alguna parte, cada individualización de Dios, el Padre, tiene que encontrar el camino de regreso hacia el Padre a través de su presencia YO SOY, cumpliendo con su ciclo, o ciclos, de individualizaciones en el uso de la actividad externa del Yo externo. La Tierra es la única esfera donde hay la densidad de la estructura atómica que experimentas. El reconocimiento consciente y el uso de la presencia YO SOY que eres, gradualmente aumenta la acción vibratoria de tu estructura atómica, desvistiendo y liberando la actividad electrónica que está escondida dentro del átomo, permitiendo que te vuelvas un ser autoluminoso.
Deseo que todos los que puedan recibir esto o contactarlo algún día, comprendan muy bien que yo no soy, ni nunca fui un ser especial creado por Dios, distinto del resto de la humanidad. YO SOY con ustedes siemmpre la presencia YO SOY, contigo siempre.
Deseo decir en verdad: cada individuo que mande su pensamiento consciente a mí con el deseo de ser elevado por sobre las limitaciones de la Tierra o de su propia creación, y viva de acuerdo con ello, recibirá de mí toda la asistencia posible para ser dada de acuerdo con los escalones de crecimiento de la conciencia que alcanzará de tiempo en tiempo.
Cuando me refiero a crecimiento, estoy hablando de la humanidad en general. No me refiero a algunos que tienen un logro previo suficiente para que en uso presente y la completa aceptación de su presencia YO SOY, puedan hendir el velo de la creación humana y avanzar en el “abrazo de la resplandeciente presencia YO SOY ascendida” en cualquier momento. Hay algunos grupos de estudiantes que se han formado para quienes es posible hacer esto. Eso depende enteramente de ellos mismos, de la calmada intensidad equilibrada por la cual se vuelven conscientes de su presencia YO SOY.
Antes de que decidiera completamente la manera en que yo daría el ejemplo de humildad, comencé de repente a usar la afirmación que me vino en impulso interno: “YO SOY la resurrección y la vida”. Dos días después que comencé a usar esa afirmación con gran regocijo, vi lo que se debía hacer, y deseo asegurarte que fue el uso consciente de la poderosa afirmación “YO SOY la resurrección y la vida”, lo que me dio el poder para hacer la ascención en presencia de tantos. Registran los archivos etéricos ese ejemplo que se mantendrá presente eternamente por toda la humanidad.
Desafortunadamente, el velo de la idea ortodoxa cubrió las mentes de la gente, impidiendo la comprensión de que cada uno tenía dentro de sí la presencia YO SOY, lo mismo que yo, por la cual cada uno podía lograr y hacer las mismas cosas que yo y ganar la victoria eterna.
Insisto que pienses en mí como tu hermano mayor, listo para darte asistencia en todo momento. No pienses en mí como ser trascendente, lejos de tu alcance, con el que todo contacto es imposible, porque la “presencia YO SOY” te capacitará para hacer la ascensión que yo hice: solamente que hoy, tú tienes la asistencia de la gran hueste ascendida de seres que han ganado la victoria eterna y que alegremente están a tu servicio, mientras tú te preparas. Te envuelvo en mi amor, y te repito: “Siempre estoy contigo”.

Saint Germain. El Rayo Personal de Jesús. El libro de oro de la hermandad

En medio de la más profunda oscuridad, recordemos que “Yo Soy la Luz, la Verdad, la Vid, la Resurrección y la Vida”. Mantengamos la fe en la presencia Yo Soy, en la hermandad con Jesús y la hueste de maestros ascendidos. A través del poder de la conciencia “Yo Soy”, encontramos la conexión eterna con la luz divina que guía nuestro camino y nos otorga fortaleza en los momentos de mayor aflicción. En cada instante, recordemos que la presencia divina mora en nuestro interior, brindándonos el apoyo y la guía necesarios para trascender cualquier oscuridad.

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