Les compartimos esta obra del escritor y activista Antolín pulido

Qué raro se ve la casa sin luz
Se pasean las sombras
Según pasan los coches por la calle
Qué raro se escucha la casa sin ruidos
Se escuchan las vidas vecinales
Y ese murmullo estridente de la ciudad
Los viejos muebles ya no hablan
Ya no esconden nada que me ponga una sonrisa
Ya están todos vacíos enmudecidos y viejos
Las fotografías no miran, no tienen memoria
Todo está lleno de objetos que no recuerdo
La casa está convaleciente, casi muerta
Las paredes son parte de la mortaja
En la mesa del comedor toda llena de papeles
Revueltos con camisetas que prometen imposibles
Aquí sentada, esperando que suene la puerta
Que golpeen con sus nudillos la casa que agoniza
Nadie saldrá abrir, hasta los fantasmas están tristes
Pienso en el futuro y sólo veo una pared de cemento
Pienso en una mudanza a ningún sitio
Pienso en bolsas llenas de nadas y vergüenzas
Suena la puerta. Golpes fuertes
Abro la ventana y se llena todo de aire
Suena la puerta de nuevo y yo salto
Y me lanzo al silencio.
Nuevo desahucio.